El piso flotante o tarima flotante es una solución muy práctica para renovar los pisos de nuestra casa que no estén en buen estado y sean de difícil reparación. Además, podemos colocarlo nosotros mismos (no hay que pegar ni clavar), y se puede poner sobre cualquier superficie existente: cemento alisado, piso de vinilo, moqueta, madera, baldosa, etc. Y, si buscamos una ventaja más, su instalación es sumamente limpia, sin residuos.
Los pisos flotantes se dividen en dos tipos básicos: de madera natural y de melamina. Los de madera natural vienen laqueados, y los hay de viraró, maple, jequitiba, roble. Los de melamina vienen con un laminado que imita el aspecto de la madera, sobre el cual se coloca una capa de melanina para darle dureza. Al no ser de madera natural, son más económicos que los anteriores, y la variedad de colores es más amplia: cerezo, haya, abedul, arce, nogal, roble y varios tonos más.
Hay dos formas de colocar el piso flotante, y cada una depende sólo del sistema con que fue fabricado. En un caso, se deben encolar las maderas entre sí; en el otro, las tablas vienen provistas de un sistema de enganche. En todos los casos, se debe colocar previamente un manto base, simple o doble, para aislar la humedad, amortiguar ruidos y emparejar la superficie de base.
Para colocar la primera tabla, conviene comenzar por una esquina de la sala, colocando una pequeña cuña de madera entre la lámina y la pared, de entre 6 mm y 1 cm de espesor, para permitir la posterior dilatación. Si en la habitación hay zócalos o rodapiés es necesario quitarlos.
Para tener en cuenta: las tablas se colocan en forma longitudinal a la fuente principal de luz de la habitación (ventana, terraza, balcón). Si debemos ajustar, nunca golpearemos directamente sobre la tabla, sino que pegaremos con el martillo sobre un taco de goma o tela doblada en varias partes.
Colocaremos una tabla más, siguiendo las instrucciones, sin encolar, y recién encolaremos entre la segunda y tercera tabla. A partir de allí, siempre colocaremos la cola cada dos tablas, dejando secar entre 15 y 25 minutos antes de pegar.
Es importante respetar las instrucciones en cuanto a las juntas de dilatación que debemos dejar cada X cantidad de tablas. Estas se cubren luego con un tapajuntas. Si no lo hacemos, y alguna madera se hincha por humedad, se arqueará; y no hay forma de reemplazar una madera ubicada en medio de otras, salvo quitando todo desde la pared.
Una vez terminada la colocación, el piso no necesitará pulido, encerado o lustrado de ninguna clase. Tiene una gran resistencia y larga vida útil. Y recuerda: siempre compra un poco más de lo que realmente necesitas, por si llegara a haber algún error y una tabla quedara inutilizada.