El cemento pulido se construye con losas de hormigón armado, fabricadas in situ, que se fraguan en la obra, pudiéndose así amoldar a las exigencias de la construcción.
Los pisos de cemento pulido pueden adaptarse a diversos tamaños, extensiones y formas del sector a revestir, pues se vierten y modelan en el lugar. Columnas, escalones, elementos diversos no son un obstáculo para el cemento pulido.
También puede tomar diversos acabados, pues admite pigmentaciones superficiales, que se aplican en el fraguado de la pieza mediante endurecedores que no sean metálicos.
Otra ventaja del cemento pulido es que puede tomar diversas formas y texturas, pues se vierte en el marco, en obra, y se modela con elementos manuales, mecánicos e incluso con las manos, para crear canaletas, texturas y dibujos, como sucede con el cemento texturado.
En la obra se coloca un marco encofrado que sujeta el hormigón armado en el vertido. Se pone una capa de entre 3 y 5 cm de material, compuesto por agregado grueso (piedras partidas o blinder), agregado fino (arena) y un material ligante (cemento puro). Se lo vierte en placas de no más de 4 metros, separándose de la siguiente por juntas de dilatación, para evitar que se resquebraje. También puede fortalecerse con mallas metálicas colocadas previo al vertido del hormigón, en especial en cemento alisado o pulido de exteriores, para dar mayor resistencia a los movimientos, fuerzas y cambios de climas.
El cemento pulido puede ser colocado tanto en interiores como en exteriores, pues su versatilidad admite pinturas, pigmentos, estampados, inclusiones y una gran variedad de acabados resistentes al alto tránsito, pero estéticos al mismo tiempo.
También, gracias a la practicidad de su colocación, puede ser utilizado en estructuras tanto como en superficies. Con cemento pulido podemos revestir pisos, escaleras, también mesadas, mobiliario y hasta muros, trabajándolo adecuadamente para evitar el escurrimiento.
Dependiendo del acabado deseado podemos elegir entre dos variedades: el cemento alisado rústico, que se ejecuta en obra y resulta un poco más económico y resistente, y el microcemento alisado, más elegante y vistoso.