A la hora de elegir los pisos en el hogar, debes tener en cuenta múltiples factores. De hecho, la elección debe hacerse al momento del diseño de la estructura, para facilitar la obra que mejor se adecue al tipo de piso elegido, según sus detalles y características propias.
Los pisos de madera aportan calidez al hogar, y poseen un aspecto único y muy natural. Presentan una longevidad única, pues los de maderas sólidas bien colocados pueden durar hasta cien años instalados y en perfectas condiciones.
También su calidez es una gran ventaja. No sólo en el aspecto visual, sino en el tacto: al caminar sobre un piso de madera nunca lo notarás helado ni demasiado caliente, a diferencia de las alternativas de cerámicos u otros. Este material es un excelente aislante térmico y también acústico, absorbiendo las vibraciones, y es apto para colocar sistemas de calefacción por debajo del entablonado.
Los pisos de maderas cuentan con diminutos poros, pero al estar tratados no retienen polvo ni insectos, siendo mucho más convenientes para hogares con niños, mascotas y personas con asma o alergias.
Su mantenimiento es sencillo: un lijado y pulido para retirar la cera o el plastificado, una aplicación de cera cada seis meses, y un pulido para levantar el brillo es todo lo que se necesita. Cuando han sido bien laqueados, son repelentes al agua y a las manchas, siendo necesaria sólo una limpieza húmeda por semana.
Hay quienes optan por pisos cerámicos, de piedras, alfombrados u otros debido a algunas contras que notan en los pisos de madera. Su mantenimiento y su costo de compra e instalación son los principales, al igual que el mobiliario existente de patas angostas, que se cree que afecta la madera. Estas condiciones han variado con los avances en los tratamientos de este suelo, siendo cada vez más económicos en su instalación y habiendo hoy muchas alternativas a disposición.
Antiguamente, los pisos de madera se reducían a los laboriosos parquets compuestos. Pero en la actualidad hay muchísimas opciones, desde durmientes y grandes tablas, hasta pequeñas baldosas de maderas de diferentes árboles, que dan al piso un aspecto inigualable.
También los avances en las tecnologías de tratamiento de la madera los hacen más impermeables, cálidos y duraderos, y los nuevos productos facilitan su reparación en caso de grietas, a diferencia de lo que ocurre con pisos cerámicos o cementicios, cuya reparación es costosa y rara vez presenta buenos resultados.
Los pisos de madera pueden plastificarse, laquearse, pintarse o dejarse al natural, dependiendo de la zona de colocación, lo que los hace ideales para interiores tanto como para exteriores, incluso en zonas húmedas y cálidas, hoy sin riesgos de elevaciones y dobleces como sucedía con las maderas de antaño.
Teniendo en cuenta todos estos beneficios, el mayor costo de este piso seguramente vale la pena, y además es ampliamente redituable, recuperándose en ahorros de cambio y mantenimiento a lo largo de los años.