Una idea genial para vestir el exterior de la residencia, aumentar los metros cubiertos de la construcción, y hacer más funcional la zona de la piscina, es incluir una pérgola en el diseño. Mediante el uso de diversos materiales podrás tener sombra o semi sombra para el verano, y también un sitio de reparo para el invierno sin ocupar demasiado espacio en el jardín.
A diferencia de la galerías y otras similares, las pérgolas son estructuras independientes, mayormente abiertas al menos en 3 de sus lados (el posterior podría quedar unido a un muro exterior de la vivienda, si el espacio así lo dictara). Pueden ataviarse con lonas, entablonados o también plantas de tipo enredadera, para aumentar su aislación y procurar más sombra a la zona.
Se las suele construir en la periferia inmediata de la piscina, usando maderas tratadas para el exterior y la humedad, y pisos de diversos materiales, incluyendo piedra natural, ladrillos y cerámicos porosos antideslizantes. Esto permite disponer de sillas y mesas para el verano, cuando se utilice la alberca, y también un sitio con algo de reparo que puede cerrarse con el uso de toldos para el invierno.
La elección de las maderas mejor tratadas será fundamental para la construcción de una pérgola que perdure en las estaciones. Para la instalación, se siguen los patrones básicos de estructuras abiertas de exterior (como quinchos y gazebos fijos), utilizando pilares firmes que se entierran a 0.6 o hasta 1 metro por debajo del nivel del suelo, fijándose con concreto y tierra presionada, a partir de los que se instalan ángulos de estabilidad y planos para conformar el techo, de acuerdo al diseño elegido.
Su instalación será recomendable a uno de los lados de la piscina, prolongando el piso de material y revestimiento conforme fuera deseado, para que la superficie no se caliente ni congele con el clima, y sea antideslizante. Para elegir el sitio de su creación, analiza el recorrido del sol, de modo de aprovechar mejor la sombra por las tardes de verano, cuando esta pérgola cumplirá además de una función práctica y estética, una de seguridad para el bienestar de los bañistas.
Si las horas de mayor uso de la piscina es por la siesta y la tarde, asegúrate de crear la pérgola donde haya más necesidad de sombra en esos horarios, sin que los rayos solares se cuelen por los lados, y sin que la estructura proyecte su sombra en sitios inadecuados (como el hogar, canteros de flores y más).
El mantenimiento suele tener algo de exigencias, pues al estar constantemente expuestos al sol directo, la humedad y el agua de la piscina, estas maderas pueden desarrollar moho, hongos, albergar insectos, y también deteriorarse en su aspecto. Deben volver a ser pintadas una a dos veces por año, utilizando productos especiales y barnices que aumenten su protección a todas estas amenazas.