Ideas Para Construir >> Indice >>
Consistencia y resistencia del hormigón para la construcción
Dos características importantes del hormigón: consistencia y resistencia. ¿A qué se refiera cada una?
Los materiales de construcción deben cumplir ciertos requisitos y poseer ciertas características para ser adecuados en las diversas superficies. Entre las características necesarias, los elementos conformados con los diversos materiales de construcción han de tener cierta resistencia y consistencia, conceptos en particular importantes en lo que respecta al hormigón.
La consistencia y resistencia del hormigón es lo que permite su adaptación para diversos usos, en relación a los movimientos telúricos normales y a las condiciones climáticas, entre otros. Pero, ¿sabes a qué nos referimos cuando hablamos de resistencia y consistencia del hormigón?.
La resistencia de un elemento (en este caso del hormigón) es la capacidad de compresión de las piezas y elementos conformados con hormigón, una vez fraguado.
En lo que respecta a la construcción, hay códigos que establecen la resistencia mínima que el elemento debe poseer, en función del sitio de colocación de los elementos y estructuras. Una vez determinada la resistencia mínima, debe medirse las características del hormigón en el proyecto mediante ensayos específicos. Por ejemplo, para medir la resistencia del hormigón en la construcción de viviendas se realiza rellenando un molde cilíndrico con el material, en igual consistencia que el de la construcción o puesta en obra, para hacer pruebas de laboratorio al respecto de la compresión soportada, el peso, y la resistencia a roturas en condiciones específicas, extremas en tales ensayos, a 28 días desde su elaboración.
Cuando hablamos de consistencia del hormigón para la construcción, nos referimos a la facilidad con la que este elemento pudiera deformarse y, en función de ello, a su capacidad de rellenar los huecos, esquinas y recovecos del marco o del encofrado de cada elemento.
La consistencia del hormigón quedará determinada en gran medida por su composición, es decir, de la cantidad de agua y granulometría de los áridos en la preparación durante el amasado.
La consistencia también se determina antes de la puesta en obra, pues se requiere de diversas composiciones para cada elemento, y se debe considerar las condiciones climáticas del momento y de la zona de la construcción. La medición de la consistencia del hormigón se realiza de manera similar a la de la resistencia: se rellena un molde de 30 cm de altura, y se evalúa la pérdida de altura del material en un período de tiempo. Así, se establece la plasticidad y capacidad de deformación del hormigón, pudiendo caracterizarse en seco, blanco, plástico y fluido, o también líquido (según su baja de nivel o “asiento en cono”: 0-2 cm para el seco, 3-5 para el plástico, 6-9 para el blando, 10-15 para el fluido, y 16-20 para el líquido).
