El uso de rodajas de maderas duras en reemplazo de cerámicos y piedras naturales es una idea económica y resistente, apta para cualquier zona y urbanización, especialmente para solucionar las mesadas y pisos en zonas de alto tránsito y uso, como la cocina o el pórtico.
El material principal de esta idea es la madera natural y dura. Puedes adquirirla en carpinterías y aserraderos, y también en tiendas de construcción y hasta de artesanías. Asegúrate de que se trate de rodajas de madera tratada, para evitar que se resquebraje, y que sean resistentes y duras como la madera de nogal.
Si tienes un árbol seco en la propiedad, antes de talarlo sin más pacta con un ebanista o con un aserradero para que corten las rodajas del tronco en diferentes diámetros, y les den el tratamiento adecuado. En pocos meses la madera estará lista, e incluso puedes intercambiarla por rodajas ya listas para el uso, a cambio de la materia prima que estás ofreciendo.
No tengas consideración por el diferente diámetro y forma de las rodajas de madera, pero sí procura que tengan una altura similar entre sí, para un mejor acabado. También asegúrate de que sean maderas tratadas, hidratadas y ya secas, y no recién cortadas, pues esto alterará la resistencia y uso del material.
Colocar estas rodajas de madera es fácil y apto para diversas superficies. Puedes lograr una mesada de una belleza única y resistente al calor y a los roces, o un piso y hasta senderos especiales en cualquier zona del hogar, tanto en interiores como en exteriores.
Las rodajas de madera se colocan sobre el contrapiso, la platea o la base cementicia de la mesada, poniendo un marco o cofre y distribuyendo un preparado de mortero de cemento sobre el que se insertan y acomodan las rodajas, en la distribución en que prefieras.
Luego de aplicar y nivelar, usando para ello una simple vara de madera para corroborar que las rodajas tengan una misma altura, se rellena el espacio de separación con el mismo mortero de cemento, para dejarlo al nivel de las rodajas, y se lo deja cuajar durante una semana, humedeciendo a diario para hidratar las fibras de la madera tratada y para evitar que el mortero de cemento se resquebraje.
Una vez seco, se aplica dos a tres capas de barniz de resistencia sobre toda la superficie, para dejarla brillante y protegida. Además, este tratamiento facilitará la limpieza de la superficie o del piso, y lo protegerá también contra manchas. Luego, un mantenimiento anual será suficiente para que esta superficie esté en perfectas condiciones por muchísimos años.