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Cómo instalar una piscina de ejercicios
Usos y características de las piscinas de ejercicios
¿Te gustaría poder nadar por horas, sin tener que invertir en la construcción de una piscina de dimensiones olímpicas, y sin la molestia de tener que dar vueltas y vueltas?. Hoy te proponemos precisamente eso: una piscina en la que podrás nadar, ejercitarte y rehabilitar tu cuerpo, para integrar a tu proyecto aunque tengas poco espacio libre, bajo techo o en el jardín.
Se trata de una pequeña piscina, en tamaños estandarizados de entre 2 y 3 metros de ancho, y 3,5 a 4,5 metros de largo, aunque también es posible modelarlas a medida y hasta adaptar una piscina existente, siempre que fuera de dimensiones más bien pequeñas. Su profundidad suele ser regular (no tiene un sector más profundo que el otro), habitualmente de unos 1,5 metros, aunque esto también se puede modificar.
Su característica principal es su funcionamiento. En contra de ser un contenedor de agua estanca, en uno de sus extremos posee un complemento ataviado a una bomba que aspira y emite agua en un gran chorro, con velocidad variable, que te permite lograr una cierta resistencia de agua de modo que puedes nadar a contra corriente, aunque sin avanzar. Logras el ejercicio completo de nadar en aguas abiertas, con distintos niveles de resistencia, aunque sin moverte del sitio. Es la piscina ideal para hacer ejercicio y también para rehabilitar el cuerpo luego de intervenciones quirúrgicas, lesiones, o para el tratamiento de numerosas condiciones físicas y de la salud, ¡y hasta para modelar la figura!
La piscina de ejercicios, en sí, puede adaptarse a una obra existente (una vivienda y también a una piscina ya presente, agregando solamente el sistema de emisión y recolección del agua). Por sus compactas dimensiones, puede instalarse en suelos abiertos o construcciones, a sobrenivel o bajo nivel, y tiene la versatilidad de regularse en cuanto a la velocidad del agua. Es decir: no importa tu velocidad de nado o tu estado físico, tú adaptas la velocidad de la corriente de agua de modo de poder nadar de manera perpetua, sin avanzar ni dejar que te empuje hacia el fondo de la piscina.
Los sistemas modernos incluyen, además del chorro de agua, una cinta ubicada en el piso. Regulando la velocidad de la corriente de agua, e incluso dejándola suspendida (es decir apagando su funcionamiento) puedes correr con la mitad o más de tu cuerpo sumergido en agua. Es un trabajo físico ejemplar, que aumenta tu resistencia y ayuda a tonificar los músculos. Si a esto agregas la corriente de agua, lo que obtienes es un trabajo físico por mucho superior.
Consulta en los sitios web y en las tiendas especializadas de tu ciudad y país para conocer a los productores locales de estas piscinas de ejercicios, y no temas agregar este costo a tu proyecto, aunque es algo elevado. Te dará satisfacción y salud a lo largo del año, y también puedes utilizarla a modo de baño refrescante sin movimiento de aguas y hasta como tina caliente en invierno, agregando un sistema de calefacción del agua.
