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Versión para imprimir del artículo Construcción de piscinas de madera. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Las piscinas de madera no son una absoluta novedad, pero no se ven frecuentemente, aunque estéticamente son mucho mejores que otro tipo de piscinas elevadas, como las prefabricadas de poliéster.
Las piscinas de madera se construyen elevadas o semi-enterradas y vienen en varios tamaños, aunque las formas son algo limitadas: rectangulares, hexagonales y octogonales son las más habituales.
El secreto de la durabilidad de estas piscinas radica en el tipo de madera utilizada para su construcción: es necesario que sean maderas duras y resistentes, como la teca, el iroko, el ipe, el pino rojo, o el merbau. En todos los casos, se debe realizar un tratamiento especial en autoclave para evitar la putrefacción, la penetración de larvas e insectos y la proliferación de hongos.
Las piletas de madera son autoportantes, por lo que pueden ubicarse sobre el suelo o bien, semi-enterradas. Las piscinas semi-enterradas se apoyan sobre una estructura de metal galvanizado, fundido en una base de hormigón armado. Las piscinas elevadas pueden tener, en el caso de las de mayor tamaño, perfiles de acero galvanizado de refuerzo. Las más sencillas podemos armarlas nosotros mismos. Siempre se debe colocar bajo la piscina elevada una cubierta que, generalmente, es provista por los fabricantes junto con la misma.
Las piscinas de madera tienen el interior cubierto en un material llamado liner, que es un polímero reciclable y biodegradable, derivado del petróleo. Es absolutamente impermeable, altamente resistente a impactos y desgarros, y a la acción de los rayos ultravioletas.
Por lo general, estas piscinas vienen provistas de filtro de arena y bomba, escalerillas, y todos los accesorios que se ponen habitualmente en una pileta de hormigón. Incluso, se pueden iluminar por dentro. La limpieza de fondo y paredes también es idéntica a la de las piletas tradicionales.
