Si estás planificando el diseño de tu futuro hogar, seguramente ya habrás recreado los exteriores, incluyendo zonas de recreación, patios, y sitios para diversas actividades, como el sector de la parrilla o de la barbacoa. Pues hoy te proponemos una idea genial para adjuntar a los planos de tu diseño: un simple horno de pan.
En el horno de pan podrás no sólo preparar este alimento básico, sino mucho más. Pese a su nombre tan específico, el horno de pan (conocido también en algunos sitios como horno de barro) te permitirá cocinar todo tipo de preparaciones, ahorrando en los recursos de consumo y logrando platillos con los más intensos sabores. También es una pieza sencilla de construir, que requiere a su vez de pocos materiales.
Para hacer este horno de pan necesitarás materiales que bien pueden ser los sobrantes de tu proyecto de construcción, como algunos ladrillos refractarios para el piso, si quieres elevar la temperatura posible del horno, aunque puedes usar simples ladrillos de barro. También hará falta vigas y columnas de hormigón, soportadas con varillas de hierro de 6mm a 8mm. Una simple plomada te permitirá hacer una pieza bien estable, y algunos tablones de madera serán tus sostenes en el tiempo de secado.
Ya elegido el sitio de colocación, pica la pared para lograr el agarre, o bien forma las tres paredes principales de la pieza: la posterior y las dos laterales, dejando (por ahora) el frente descubierto. Aporta estabilidad a la pieza con columnas de hierro rellenas de hormigón, de entre 12 y 15 cm de espesor para una gran durabilidad.
Ya erguidas las paredes, procede con el piso o base del horno. Coloca una viga de hormigón armado por sobre la terminación de las paredes, que hará las veces de dintel de la apertura de la pieza inferior, y que puedes usar para almacenar los leños, la parrilla, los elementos o lo que prefieras. Complementa, si prefieres, con losetas de hormigón armado y varillas de hierro.
Para formar el piso del horno, coloca ladrillos de plano sobre las losetas o la base reposada sobre la viga antes descripta. Una técnica para elevar la funcionalidad del horno es crear una superficie térmica sobre este piso, que se logra colocando vidrio molido por sobre la camada de ladrillos, y luego asentándola con una nueva camada de ladrillos contenidos en los laterales. Esto elevará la temperatura de la cocción, pues el vidrio logrará aislar el exterior y refractar el calor interior.
Para formar la bóveda, es decir, el espacio superior curvado para mejorar la eficiencia del horno, debes marcar el centro del piso o base del horno, que será la cúpula exacta. Coloca ladrillos por sobre los extremos superiores de las paredes originales, logrando una formación curva con la ayuda de soportes y placas de madera para dar apoyo. Al centro exacto es mejor dejar una abertura por donde escape el aire caliente, permitiendo ventilación para el fuego y también para mejorar la cocción. Puedes hacer una curva más prolija, o una forma más geométrica colocando cada hilera de ladrillos apenas más adentro que la inferior.
Para asentar los ladrillos y mejorar la aislación del horno suele usarse barro. El barro también impide que los constantes cambios de temperatura terminen por crear grietas o fisuras en la superficie. Se prepara con tierra negra de primera calidad, sin elementos orgánicos, guano de caballo (un 10% a 15%) y agua, hasta lograr una pasta elástica. Recubre con esta mezcla el exterior del horno una o más veces, dejando secar bien mientras también fragua el cemento y el hormigón del armado.
Finalmente, coloca la puerta frontal, preferentemente de hierro con bisagras, para aislar el interior del horno y no disminuir su temperatura interna. Recuerda mantener agarraderas cerca, pues esta puerta tendrá buena temperatura cuando cocines tu propio pan o tus delicias en este horno que estará listo para usarse tras una semana de fraguado.