Se trata de una mezcla de cementos, áridos y pigmentos, ideal para pavimentación y para revestimiento de pisos de alto tránsito, pues es resistente y capaz de soportar las más altas exigencias climáticas, a la abrasión y al desgaste.
Por su versatilidad, el hormigón pulido es ideal para exteriores, en galerías, patios, entradas, garajes, aceras, y también para interiores de estilos rústicos o modernos.
El hormigón pulido puede ser pigmentado, pintado y también símil barnizado, obteniendo una apariencia moderna, sólida y seria, adecuada para diferentes superficies horizontales. Puede ser combinado con otros materiales incrustados, como maderas, piedras, metales, y también vidrios, cerámicos y elementos decorativos.
Este material es estilizado mediante la técnica de moldeo o impresión, personalizando al gusto del propietario y augurando una resistencia única en acabados exclusivos, o bien estándares como lozas o placas símil baldosones.
El hormigón pulido se adapta a los más diversos climas, evitando el problema de desconchones, roturas y grietas. Requiere de la creación de juntas de dilatación convencionales o mediante inclusiones flexibles.
También presenta alta resistencia a la humedad, siendo así adecuado incluso para revestir pisos y superficies (horizontales y verticales) en cuartos de baño y cocinas. Para dar mayor firmeza y resistencia en zonas de alta exigencia, como aceras y garajes, suele colocarse mallas metálicas debajo del vertido de hormigón.
Por su versatilidad y practicidad de colocación, el hormigón pulido es ideal para zonas comerciales, aceras públicas, y también para pisos y revestimientos en sitios de alta concurrencia, como salas y salones, tiendas, garajes de renta y otros similares.