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Versión para imprimir del artículo Revestimientos y pisos de mármol travertino. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Aunque se trate de una pieza decorativa, el mármol travertino se aplica al momento de la construcción, formando parte estructural de la obra por su resistencia y adecuación a diversas superficies.
El mármol travertino suele observarse en pisos, aunque su versatilidad también lo hace aprovechable en el revestimiento de muros, escalinatas y otras superficies verticales y horizontales. También, su resistencia lo hace apropiado tanto para interiores como para exteriores, y para espacios grandes o también pequeños, como detalles, marcos de ventanas y otros.
Su aspecto natural y la combinación de colores de su superficie lo convierten en uno de los recursos vistosos más versátiles en la decoración.
Se trata de una piedra caliza porosa, que se forma en zonas de manantiales y aguas termales gracias a los ciclos hídricos y de carbono de la tierra, a lo largo del tiempo. Sus principales componentes son yeso y calcita, además de muchos minerales incoloros que aportan su resistencia. En natural posee un color meloso, complementado con trazos amarillos de azufre, colores ferrosos y otros pigmentos orgánicos que le dan un abanico de pequeños detalles de colores telúricos y verdosos.
Esta bella piedra se ofrece en tres terminaciones: una natural, una brillante, y una mate.
La natural conserva su porosidad propia, absorbiendo mejor el agua y siendo menos resbaladiza. Cuenta con un aspecto algo más rústico, ideal para su uso en exteriores, aunque es también menos resistente que las demás. Es la terminación elegida para formar baldosas de travertino, que resultan menos elegantes pero muy estéticas.
La terminación pulida es más lisa y mucho más brillante. Es la gran elegida para interiores elegantes, en especial mesadas y detalles decorativos, pues resulta muy resbaladiza con determinados calzados. Es fácil de limpiar y mantener, mucho más resistente a manchas, y resiste muy bien el roce y el tránsito. Cuenta con un agregado de pasta que cubre sus poros y le da una mayor durabilidad.
Finalmente, la terminación mate también es pulida aunque menos brillante. Es mucho más adecuada para pisos y escaleras, pues es menos resbalosa pero cuenta con igual belleza. En esta terminación, también se aplica una pasta especial que la hace más resistente y duradera.
El mantenimiento del mármol travertino ha de ser regular, en lo posible: diario. Bastará con limpiar con un paño húmedo, agua limpia y jabón neutro, para mantener su brillo y elegancia, libre de manchas. Las coberturas de pastas sellan los poros y los hacen a prueba de manchas, aunque en la terminación natural debes limpiar con agua abundante ante cualquier suciedad, inmediatamente, pues dejará huellas. Aunque a la larga, esto puede dar un acabado más rústico.
Para proteger aún más el travertino, una vez por año se puede aplicar un producto hidrofugante o un óleo repelente para preservar el estado de la piedra. Para ello se debe limpiar y desengrasar a la perfección, aplicar el producto, dejar asentar, y luego pulir, para finalizar con una limpieza húmeda con jabón neutro, un posterior enjuague y un secado suave y parejo.
