Los pisos de cemento tienen un encanto especial, además de ser extremadamente duraderos y resistentes. Sin embargo, no quedan libres de posibles daños, como grietas y resquebrajamientos, producto del tránsito extremo, de movimientos sísmicos o telúricos, o de cambios bruscos en la temperatura. También, si han estado mal curados al momento de su colocación, los pisos de cemento quedarán a merced de estos pequeños fallos.
Si el piso o la superficie estuviese muy castigada, por alto tránsito o por cuestiones climáticas y del terreno, la primera acción debe ser la de reparar. Se debe picar la zona circundante, ampliando la grieta, para luego limpiarla a la perfección. Utiliza una hidrolavadora o un emisor de agua a presión para retirar polvillo, piedras y restos de suciedad del ambiente de la zona.
Luego, prepara mortero de cemento o cemento liviano de secado rápido, y vierte dentro de la grieta y la zona picada, hasta rebasar el nivel del piso. Inserta un elemento delgado y firme para acomodar el cemento dentro de cada intersticio de la grieta, asegurándote de no dejar burbujas de aire dentro. Utiliza una llana o cuchara (o el elemento que tengas y que sirva a tal función) para alizar el cemento agregado, dejándolo perfectamente a nivel del piso. Deja fraguar por algunas horas y, cuando ya se note algo seco, vierte agua sobre la zona reparada. Al colocar el agua, no lo hagas a presión ni directamente sobre la zona, pues deformarías el cemento. En lugar de ello, coloca el agua sobre el piso en una zona cercana, dejando que el líquido se esparza y moje toda la zona refaccionada. Repite la operación dos veces por día por una semana, luego una vez por día por una semana más, y así el cemento cuajará a la perfección.
Luego de reparadas todas las grietas y roturas del piso de cemento, puedes pintarlo para devolverle su esplendor. Primero, lija con una lijadora orbital toda la superficie, liberándola de la pintura anterior y de la suciedad depositada. Limpia con agua jabonosa, y finaliza con un enjuague de agua limpia, dejando secar a la perfección antes de continuar.
Puedes pintar con casi cualquier tipo de pintura. Por cuestiones de practicidad, te recomendamos utilizar pintura acrílica de base acuosa, que secará más rápidamente y que podrás fijar luego con lacas, barnices y selladores para darle el mejor brillo. En las tiendas y pinturerías también encontrarás pinturas específicamente formuladas para su aplicación en cemento, que contienen minerales de disolución en solvente y alcoholes, cuya preparación dependerá de la marca elegida.
Prepara los materiales y la pintura, y aplica directamente sobre el piso de cemento reparado, limpio y seco, con un rodillo de mango. Recuerda comenzar por la esquina más alejada de la puerta de ingreso y en dirección a ella, y deja secar de un día para el otro (al menos 8 horas) antes de aplicar la siguiente capa. Luego, deja secar unas 8 horas más para aplicar, si lo prefieres, un laminado, barniz al agua o laca al agua, que consideres apropiada y a tu gusto. Así tu piso de cemento habrá recobrado su vida y su mejor aspecto.