La recomendación clásica ante proyectos de construcción, es contratar los servicios de un profesional experimentado. Pero este no es siempre el caso: a menudo hay muchas acciones que pueden ser hechas por manos novatas, siempre y cuando se apliquen dedicación, paciencia, y se atienda a las medidas de seguridad básicas.
Hoy te proponemos poner manos a la obra en el revestimiento de muros en tu proyecto de construcción, para abaratar costos y convidar a la obra tu propia creatividad.
Los ladrillos finos usualmente poseen un tercio del grosor de un ladrillo común, es decir, media pulgada o 1,5 cm de espesor. Son livianos, económicos y muy versátiles, pues resultan en ideales aislantes acústicos y térmicos. Es por ello que hoy los elegimos como material principal en este proyecto de revestimiento de muros.
Además de la cantidad de ladrillos suficiente para la superficie a decorar, también necesitarás un cubo, cuchara y espátula de albañil, mortero de cemento y adhesivo para la mezcla de base, y cantidad suficiente de cortes de corchos de bebidas o trocitos de tergoporl grueso (de 1 a 1,5 cm) para dar la separación de los elementos, aunque puedes dejarlos más próximos unos de otros para un acabado diferente. También necesitas tener a mano un cubo de agua y algunas esponjas.
Ya listo el muro de base, bien asentado, procederemos a limpiarlo con un cepillo. Posteriormente, prepara la mezcla en una cantidad pequeña (como para hacer una hilera de ladrillos, solamente) y, una vez lograda la consistencia adecuada (que no gotee al colocarla en la pared), comienza por poner poca cantidad y esparcirla en sentido horizontal, desde la parte inferior del muro y sin dejar burbujas de aire.
Ya con un colchón liviano de adhesivo colocado (1 cm, aproximadamente), comienza por acomodar los ladrillos en el diseño elegido. Nuevamente: hazlo desde abajo, de lo contrario podría caer todo el revestimiento. Simplemente apoya cada ladrillo en el adhesivo y golpéalo suavemente, para incrustarlo en el material de manera pareja. Prosigue al siguiente. Una vez completada la hilera, vuelve al punto de inicio y coloca pequeños trozos de tergoporl, corchos cortados o el elemento que consideres apropiado para dar la separación con la siguiente hilera de ladrillos.
Repite estos pasos hasta completar el muro, cortando los ladrillos de los extremos con mazo y cincel si fuera necesario. Luego, recuerda repasar las separaciones, primero con la cuchara y luego con la esponja húmeda, para limpiar suciedades y emparejar el material. Puedes rellenar con mortero de cemento o con alguna lechada si prefieres, o dejar al natural.