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Versión para imprimir del artículo Cómo solucionar problemas con moho y hongos. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Los problemas con moho y hongos pueden aparecer por diversas circunstancias. La condensación de la humedad de ambiente, el clima externo húmedo y cálido, roturas y desperfectos en las cañerías y muchas otras situaciones similares pueden derivar en manchas verdosas, blancuzcas o negras que sólo se remiten a uno de los principales temores de los propietarios y constructores.
El moho y los hongos no sólo se afectan el aspecto estético de las superficies, sino principalmente ponen en riesgo la salud de los habitantes del hogar, pues las esporas de estos parásitos vegetales pueden viajar por el aire y asentarse en los organismos animales.
Es posible combatir y hasta solucionar los problemas con hongos y moho fácilmente, siguiendo algunos consejos útiles.
En muros, techos, pisos y virtualmente en cualquier superficie puede aparecer moho, hongos, algas, líquenes y otros, que se evidencian en manchas de diversos tamaños, o también en pequeños puntos de colores negro, verde, blanco, café o azulado.
Todos estos hongos son parásitos, tienen una tasa de crecimiento y desarrollo muy acelerada, lo que deviene en una mayor reproducción en muy poco tiempo. Cuando existe una fuente de humedad sin reparar, básicamente estos parásitos están teniendo suficiente abastecimiento de agua y alimento como para colonizar las superficies, por eso es fundamental solucionar goteras, malos funcionamientos de la grifería, roturas en las cañerías, y también aislar de humedad del exterior de las superficies y las zonas de contacto con la tierra, desde el momento mismo de la construcción.
También estas especies vegetales pueden desarrollarse por humedad de ambiente condensada. Por eso es importante ventilar regularmente, o bien instalar purificadores de aire y deshumidificadores (en zonas de climas húmedos). Estos dos artefactos son una buena solución y prevención a los problemas con moho y hongos, pues retiran la humedad del aire del interior de la vivienda, al tiempo que filtran cualquier espora posible del aire.
También se puede instalar extractores de aire en cualquier ambiente. Estos ayudarán a mantener una circulación constante y permitirán una buena ventilación, lo que es saludable en viviendas familiares donde exista calefacción a leños o a gas, habitantes fumadores y otros. En la cocina será fundamental contar con una campana que retire los vapores de los procesos de cocción y, cuando no se esté cocinando, la campana servirá como anexo de ventilación natural. Además, se debe instalar dos rejillas de ventilación en cada ambiente, una a unos 20 cm del nivel del suelo, y la otra a 20 cm del nivel del cielorraso, de modo de permitir una ventilación natural constantemente.
La cocina y el cuarto de baño son las áreas de la vivienda más propensas al desarrollo de parásitos vegetales, pues son áreas donde hay vapor de agua regularmente, son cálidas y tienen un flujo de agua casi constante. También son áreas cerradas y pequeñas, a diferencia de las salas familiares donde hay más ventilación regularmente.
El garaje, la cochera, el ático y el sótano también son zonas peligrosas, pues se conectan con el exterior y con el terreno, y también suelen ser poco ventiladas. Pero ante la menor señal de problemas con moho y hongos, debes primero evaluar la fuente de la humedad, solucionarla y luego airear la superficie para retirar la humedad allí atrapada.
Despues, habrá que aplicar fungicidas, alguicidas o productos de saneamiento adecuados. Como primera medida puedes repasar la zona con un paño embebido en cloro, lejía o lavandina disuelta en agua, dejar ventilar y analizar el daño, y luego aplicar pinturas antihongos para prevenir futuros problemas con moho y hongos en el hogar.
