Para dividir, para proporcionar intimidad o para delimitar zonas, una de las soluciones constructivas sobre superficies terminadas es la de hacer un muro de bloques, planos o huecos, sin picar, sino trabajando a partir del piso existente. Aquí te contamos un paso a paso muy fácil para lograrlo en pocas horas de trabajo, aprovechando las ventajas que nos ofrece el mercado actual y sus pre-mezclas listas para hidratar.
Sólo necesitas 3 materiales para hacer un muro de bloques en exteriores: los bloques de construcción que elijas usar (incluso aprovechando los sobrantes de otro proyecto), mezcla de mortero, y agua. Los materiales también son pocos y fáciles de conseguir: una mezcladora o un taladro ataviado con pala mezcladora, una cubeta de tamaño adecuado, una cuchara o paleta para aplicar el mortero, un nivel, un alisador para rasear las uniones y, si prefieres, una línea de tiza o de albañil.
Para calcular la cantidad de bloques a utilizar, comienza disponiéndolos sobre el suelo limpio, dejando un espacio de separación entre ellos. Puedes variarlo a tu gusto, pero colocando tu dedo índice entre los bloques tendrás una buena idea, y es la medida aproximada del ancho de la herramienta para alisar las juntas de mortero – aunque también puedes utilizar simplemente la herramienta para esta medición-.
Haz una fila de bloques del largo que quieras dar al muro, y luego apílalos sumando a la altura la de separación que vayas a crear (por ejemplo, si quieres un muro de 4 bloques de alto, suma a su altura la de 3 “dedos” o tamaños del alisador para el mortero). Puedes hacer un muro de exteriores con bloques huecos, bloques planos, o también ladrillos y piedras, siguiendo estas mismas instrucciones y adecuando las cantidades y medidas.
1. Ya calculadas las cantidades de bloques y de mezcla de albañilería que vayas a utilizar (prepara de a pocas cantidades si vas a hacer un muro grande, trabajando por línea), comienza por disponer los bloques de la fila de la base en la zona de trabajo. Marca con la línea de tiza a los lados, para tener una referencia clara de dónde verter el mortero de la base. Quita los bloques pero mantenlos cerca, y prepara el mortero hidratándolo con agua y usando la mezcladora, para lograr una pasta fluida y de consistencia adecuada. Prefiere una premezcla de secado lento si no tienes habilidad en la tarea, y sigue las instrucciones del fabricante para aprovechar al máximo tanto el uso como también el material.
2. Moja el suelo de concreto y aplica con cuidado la base de la mezcla de mortero por las zonas marcadas con tiza, logrando cúmulos con forma de V invertida a los lados y en las zonas de separación de los bloques. Coloca los bloques de a uno, retirando el excedente de la mezcla que se asome a los lados, y recordando dejar el espacio de separación entre ellos. Esta se rellenará con el mismo mortero, siguiendo la tarea de retirado del excedente y de alisado con la herramienta posteriormente.
3. Asegúrate de que la fila de base esté pareja y bien alineada, inspeccionándola visualmente y utilizando también un nivel de burbuja para corroborar la línea horizontal y también la vertical, a los lados. Presiona los bloques al suelo y recupera el mortero excedente. Rellena las uniones horizontales y procura alisarlas a la misma profundidad con la herramienta, dando una buena terminación.
4. A partir de ahora, harás la elevación del muro de bloques colocando mortero directamente sobre los bordes superiores y apilando la siguiente fila. Presiona suavemente para conservar la proporción de mortero (la separación), recuperando el excedente para rellenar las separaciones laterales de cada bloque. Repite estos pasos con la siguientes filas hasta lograr la altura deseada, comprobando con el nivel a cada paso, y repasando las juntas horizontales y verticales con la herramienta humedecida en agua, para hacer un paso más fluido.
5. Lo último es dar una buena terminación al borde superior del muro de exteriores, adhiriendo con la mezcla ladrillos lisos, cerámicos o lo que prefieras. Repasa las juntas comprobando su buen estado, y comprueba por última vez con el nivel para corroborar posibles modificaciones por hacer. Deja secar y fraguar siguiendo las instrucciones el fabricante, y apuntala por prevención en este paso si en la zona hubiera vientos o tránsito.