La construcción con fardos de pasto o balas de paja comenzó en California, Estados Unidos, alrededor de 1880. Lo que en ese momento (y durante mucho tiempo más) era simplemente un sistema constructivo económico, ha pasado a estar, desde hace un par de décadas, en la mira de quienes buscan, además, una construcción ecológica.
Aunque resulte extraño para quienes no conocen el tema, la construcción con fardos de paja o heno es segura, resistente, ignífuga (con la compresión adecuada, tarda hasta 90 minutos en tomar fuego, aún sin revestir), además de económica y energéticamente eficiente. El principio constructivo se basa en la superposición horizontal (en vertical tienen menor resistencia) de fardos de paja compactada, unidos entre sí. No requiere intervención de especialistas, basta con aprender los principios básicos de este sistema constructivo.
El sistema que se use para la construcción con fardos dependerá de las condiciones climáticas y geológicas del sitio donde estará ubicada: si debe ser antisísmica o no, soportar huracanes o vientos fuertes, cantidad de lluvia, etc.
Soporta cualquier diseño y tamaño de vivienda, siempre que los fardos se ubiquen sobre una base firme y aislada, y hasta se puede edificar con este sistema en climas húmedos y lluviosos.
La técnica de construcción con fardos de pasto permite casas de varios pisos de altura, como la realizada por Stefano Soldati en Bolzano, Italia. Soldati es un constructor italiano especializado en Permacultura y construcción ecológica, que ha edificado casas de paja en toda Europa.
En construcciones ecológicas de este tipo, el techo puede construirse en distintos materiales, con la única condición de que haya una cámara de aire entre el cielorraso y el tejado, para aislación térmica. Por el exterior, el revestimiento es similar al de las casas de superadobe: tierra con cal si se dará una terminación natural, que luego se puede pintar, o argamasa, sobre la que se pegará revestimiento de piedra, cerámica, etc. Es importante prestar especial atención al revoque exterior, porque de la buena colocación dependerá la duración y la protección contra plagas y roedores. En el interior se puede revocar con arcilla o yeso.
Como precaución, mientras se construye y hasta que se coloque el tejado, se debe tapar la parte superior de los fardos para que no se mojen con la lluvia, ya que, si toman contacto con el agua, habrá que esperar que sequen completamente para revocar.
Los fardos pueden apilarse directamente unos sobre otros y luego anclar todos juntos al piso. Pueden unirse entre sí con argamasa, o montarse sobre una estructura de madera o metal, entre otros sistemas. Los muros de fardos de paja son auto-portantes, por lo tanto no es necesario hacer columnas de material.