Cuando consideramos la inclusión de una piscina a la obra, debemos proyectar qué tipo de piscina queremos tener, en cuanto a sus dimensiones, materiales, mantenimiento y cuidados. Ya definido todo esto, debemos darnos a la tarea de su ubicación y construcción, cumpliendo con todos los consejos y requisitos para augurar una prolongada vida útil y un uso inigualable.
Es la estructura básica, el recipiente que contiene el agua. En él se instalan los complementos, y se adecua la cobertura o el revestimiento más apropiado. Dependiendo del tipo de piscina, se adosa con refuerzos exteriores, como aceros, liners, PVC u otros, dependiendo del material de construcción de la piscina.
Es, quizás, la parte más exigente de la construcción, pues de su correcta elaboración y montaje dependerá el nivel, la impermeabilidad y la durabilidad entera de la piscina, por ello debes encargar la labor a una persona calificada y experimentada, que sabrá elegir los materiales y construir la excavación de modo que soporte adecuadamente las exigencias, fuerzas y movimientos del terreno.
Se trata de la bomba de extracción, filtrado y todos sus componentes. Puede ser externa y móvil, acarreándose cerca de la piscina para su uso, o bien empotrada en excavación. En este caso se requiere de su construcción conjunta con la piscina, para la correcta ubicación de la bomba en altura y la disposición de la cañería, además de filtros in situ, skimmers y otros.
Si eliges la colocación sumergida, asegúrate de contar con extractores de fondo y superficiales, para poder así circular el agua para su oxigenación, filtrar los residuos flotantes, y filtrar el agua de modo adecuado, complementando con el repaso de todo el interior con cepillos de cerdas artificiales.