Versión para imprimir
Versión para imprimir del artículo Mejorando la obra con mosaicos vítreos. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Ya sea una obra nueva, una ampliación o una remodelación de obras existentes, saber aprovechar los recursos y materiales a tu disposición puede ser la clave del éxito. Entre ellos, los mosaicos vítreos son una solución ideal, más económica y mucho más estética que las alternativas que permiten revestimientos decorativos a la vez que funcionales.
A diferencia de sus pares, en los mosaicos vítreos las placas, extremadamente delgadas y resistentes, se elaboran en un fundido conjunto del vidrio, la pigmentación y la base. Esto permite una pieza más compacta y vistosa, de color homogéneo y de mayor brillo. Por estar fabricado con cristal y no con resinas, hay una mayor adherencia y más facilidad en la colocación, utilizando para ello adhesivos más simples y con mejores resultados. Así, se facilita la colocación de los mosaicos vítreos en pisos, techos, muros, superficies curvas y planas por igual, incluso en habitaciones secas, húmedas o hasta el interior de una piscina, sin complicaciones.
También, los materiales de elaboración permiten una superficie lisa y libre de porosidad. Esto los hace más resistentes a la humedad, los cambios de temperatura y todo tipo de climas, mejorando su mantenimiento y limpieza, y liberándolos del uso de ácidos de tratamiento. Sumado esto a la delgadez de las piezas (no superan los 4 milímetros) y al bajo peso que ello conlleva, los mosaicos vítreos son de más rápida y fácil colocación, en cualquier superficie, incluidas las actuales sin necesidad de picar, demoler o decapar obras existentes para su mejora.
Luego de preparar la superficie a tratar, liberándola de suciedad y elementos existentes, se prepara la cola o el mortero a utilizar con una consistencia algo acuosa, aunque compacta. Se aplica en la superficie en una capa liviana, lisa, para luego peinarse y mejorar así la adherencia. Luego, sin más, se colocan en su sitio las placas o fichas de mosaico vítreo, por plancha o por unidad, procurando una misma altura y espacio de separación entre ellas. Muchos fabricantes agregan ribetes a los lados de cada ficha, que quedan por debajo del nivel del relleno, facilitando una separación superficial pareja entre cada elemento.
Tras la colocación de las fichas, se golpean para hundirlas en el adhesivo y se las nivela con herramientas lisas y de gran longitud. Si las agregas por plancha, retira en este punto la lámina protectora humedeciéndola con una esponja apenas húmeda en agua, y con mucho cuidado de no levantar las piezas al hacerlo.
Ya fijas las piezas, dejando secar el adhesivo, agrega la pastina de junteo y estira con una espátula de goma, asegurando un mismo nivel y prolijidad. Luego de dejar fijar el mortero o la pastina, limpia con la esponja humedecida en agua templada para limpiar la superficie, y deja secar durante 12 a 24 horas antes de colocar presión sobre las piezas.
