El plato de la ducha es una pieza de enorme importancia en el cuarto de baños. Uno demasiado pequeño puede ser incómodo para el usuario, mientras que uno demasiado grande podría ocupar espacio necesario para el tránsito y los demás complementos del sanitario.
Conozcamos algunos detalles a considerar para elegir el plato de ducha más adecuado a tu proyecto.
Lo primero es calcular el espacio disponible para el plato de la ducha, mientras la obra aún está en cimientos. Esto te permitirá hacer las adecuaciones necesarias, considerando el que elijas. Además del tamaño total, fíjate en la ubicación de la caja de la ducha, para especificar aún más tu búsqueda a partir de las disposiciones del mercado.
Los tres materiales más recomendables para el plato de la ducha son:
En lo que respecta a las formas, la elección es de cada usuario. Puedes optar por platos de ducha cuadrados, rectangulares o de un cuarto de círculo, dependiendo de lo que permita el espacio del baño. En el mercado los hallarás de diversos colores y en acabados y formas decorativas que incluyen ondas y superficies rugosas, para evitar resbalones.
Los platos de ducha pueden ser complementados con tarimas de madera que se elaboran a la medida del plato, para encajar bien y quedar virtualmente inmovilizadas. Estas son especiales para colocar sobre platos de ducha que no posean propiedades antideslizantes, solucionando el inconveniente de seguridad de una manera elegante, estética y mucho más económica.
Finalmente, una solución para evitar los resbalones es colocar adhesivos rugosos en el plato de la ducha, o bien pintarlos con pinturas esmaltadas con textura. Esta puede ser una solución menos elegante pero más entretenida, especial para cuartos de baño originales y frescos, y al gusto de sus usuarios.