En las zonas de clima húmedo y frío, la acumulación de hielo puede ser una verdadera amenaza para las obras. En especial en toldos y techos de bajo soporte: debes procurar diseñar un sistema que ayude a que el hielo y la nieve acumulada escurra adecuadamente, para prevenir los derrames.
Consideramos derrames de hielo a las formaciones que se acumulan en los contornos de las superficies, como en techos, creando conos o estalactitas que representan un grave peligro para la personas y los animales. Además, ya que el hielo se fija antes de poder escurrir, crea un enorme peso que puede tumbar cualquier estructura al piso, o también deteriorarla con desconches, roturas, daño de tejas y molduras y, por si fuera poco, atrapa humedad que podría causar el desarrollo de moho y hongos, peligrosos para la salud de los habitantes y visitantes de esa vivienda.
Las canaletas de lluvia regulares no son suficiente para solucionar este inconveniente, pues el hielo se fija a una velocidad bastante acelerada y, al hacerlo, aumenta su volumen y peso, pudiendo rajar o descolgarlas . El problema está en la diferencia de temperaturas: al nevar o llover con mucho frío, el hielo y los copos se acumulan sobre los techos; la temperatura de la superficie, más alta, ayuda a derretir el hielo y a escurrir ese líquido, mientras que el clima frío en extremo vuelve a congelarla ni bien abandona la masa fría. Y ya que la nieve es un aislante muy efectivo, el problema se multiplica cuando hay más acumulación de nieves en los techos y superficies, en un ciclo bastante problemático. Así, se crean efectos muy llamativos, y también muy peligrosos que debemos aprender a controla.
Una buena solución es crear canales que permitan el adecuado escurrimiento del agua sobre el techo, mediante desniveles y texturas en la superficie y el uso de materiales fríos en la capa exterior del techo. También es fundamental controlar la temperatura del mismo, ventilando áticos y otras zonas propensas a la acumulación de cortinas de hielo y rebalses.
Por debajo del revestimiento exterior del techo se debe crear canaletas de ventilación de aire frío, que eviten que la capa extrema exterior tome la temperatura de la estructura, producto de fuentes de calor y otras.
Esta canaleta de ventilación, abierta al exterior, debe crearse por encima del revestimiento térmico del cielorraso del ático (o de la habitación correspondiente), con al menos 5 centímetros de espacio y con rejillas que eviten el ingreso de suciedad, y también de agua o nieve, con pequeñas cornisas y molduras o ingletes especiales en los extremos de los materiales.
Crea barreras de contención térmica en torno a la vivienda, como árboles altos y frondosos que eviten el frío extremo en torno a la propiedad. Estas barreras verdes cortan el aire frío y propician un microclima alrededor y por encima de la vivienda, evitando así que el agua escurrida vuelva a congelarse tan rápidamente.