Las piscinas de acero están teniendo gran auge en los últimos tiempos por varios motivos: son tanto o más resistentes que las de hormigón, ya que no hay riesgos de filtraciones o grietas; el material es inalterable y no corre riegos de corrosión, lo que conduce, además, a un bajo mantenimiento; todo el proceso, desde el comienzo de la instalación hasta el llenado de la piscina, tarda alrededor de una semana o poco más, dependiendo del tamaño; se pueden instalar en casi cualquier tipo de terreno; no siendo una construcción súper económica, su coste es menor al de una piscina de hormigón; y, por último, permite diseños personalizados sin limitación de tamaño.
Existen kits con piscinas de acero de diseño estándar, en varios tamaños, para armar nosotros mismos; pero es probable que necesitemos la ayuda de un técnico, teniendo en cuenta que no se puede cometer ningún error en la instalación de filtros, cañerías, bombas y panel eléctrico dedicado.
Las piscinas de acero se construyen con paneles de acero galvanizado o de acero inoxidable con un laminado de PVC especial, rígido y termoresistente. Para la instalación, es necesario prever una excavación cuya superficie incluya la pileta y los contrafuertes; y se debe construir una losa de hormigón en el fondo, para apoyar la piscina. Los paneles se unen entre sí mediante tornillos, por lo que no hay ningún punto de soldadura. Una vez armado el vaso de la piscina, se atornillan los contrafuertes. Al completarse el armado, la piscina de acero resulta en una estructura resistente y autoportante. El armado en sí finaliza forrando el interior del vaso con liner.
Con respecto a la instalación descripta, hay algunas variantes posibles: en algunos casos, puede reemplazarse la losa de cemento de base por una capa de arena, aunque esto dependerá de la solidez del terreno sobre el que construirá. También es posible, en los casos en que se use la base de cemento, evitar la instalación de placas de acero para el fondo y colocar una membrana de PVC armado de alta resistencia (no liner), ya que la mayor presión del agua, en las piscinas, es lateral y no vertical.
Cuando ya se ha realizado la ubicación de cañerías, filtros y todos los accesorios, se procede a rellenar el espacio entre contrafuertes con tierra, y luego se coloca una capa de hormigón alrededor del borde de la piscina, para el coronamiento de la misma con los materiales de acabado elegidos.
La terminación de estas piscinas de acero en lo que se refiere a accesorios (escaleras, focos, pozos de vaciado, etc.) es idéntica a la de las tradicionales de hormigón.