En construcción, se llama aparejo a la forma de disponer los ladrillos en un muro. Cualquiera sea la forma elegida, siempre debe tenerse en cuenta la alternancia en las juntas, para evitar que las juntas verticales queden en una sola línea. Cada fila de ladrillos se llama hilada.
Para explicar los aparejos necesitamos saber que las aristas largas del ladrillo se llaman “soga”, y las cortas se llaman “tizón”.
En principio, hay dos formas generales en que pueden colocarse los ladrillos: a soga o a tizón. A soga es colocando los ladrillos de modo que lo que vemos es el canto de los mismos; a tizón, es cuando lo que vemos es la “testa” del ladrillo (testa es el nombre de las 2 caras cortas del rectángulo). A partir de esta base, el tipo de aparejo está determinado por la forma de alternar las juntas.
El aparejo de soga es aquel en que vemos el canto del ladrillo, y las hiladas se superponen solapando a medio ladrillo la hilada anterior, para interrumpir la junta vertical.
En el aparejo a tizón o a la española, todos los ladrillos se colocan con la cara corta hacia afuera, también alternando juntas.
El aparejo americano es aquel en que cada 5 hiladas a soga se coloca una a tizón, de modo tal que las hiladas se solapen a medio ladrillo.
El aparejo flamenco o gótico es aquel en que, en una misma hilada, se coloca un ladrillo a soga y otro a tizón. Cabe aclarar que los ladrillos a soga deben ser dos colocados uno junto al otro, para cubrir el espesor del ladrillo puesto a tizón.
El aparejo holandés combina una hilada puesta a tizón, y la siguiente puesta a soga y tizón.
El aparejo inglés alterna una hilera a soga, con una hilera a tizón. Se debe tener en cuenta que deben coincidir las uniones verticales entre todas las hiladas puestas a soga.
El aparejo belga alterna hiladas a soga y a tizón, sólo que las hiladas a soga se superponen a un cuarto de ladrillo de las hiladas a tizón (es decir, cada ladrillo a soga cubre un ladrillo entero y dos medios ladrillos a tizón, uno de cada lado).
El aparejo en panderete es aquél en que los ladrillos se colocan de canto. Esto resulta en un ahorro de materiales, porque se usan menos ladrillos por muro, pero también son de menor espesor.
Estas son sólo algunos de los tipos de aparejo más habituales. Existen más de 50 formas de colocar los ladrillos en un muro, y esto no se debe a simples cuestiones estéticas, sino también a la función que cada muro cumple en una edificación.