Se denomina cubierta al elemento constructivo de cierre de un edificio, por la parte superior. En palabras sencillas, la cubierta es el techo. Según su geometría, las cubiertas se dividen en planas, inclinadas, y bóvedas o cúpulas.
Las cubiertas planas o azoteas son aquellas no visibles en el conjunto, y que pueden o no ser transitables. La cubierta plana es la más económica en cuanto a costos, y permite aprovechar la totalidad del espacio bajo la misma. Es necesario aclarar que, si bien se trata de una plataforma horizontal, siempre debe tener una mínima pendiente (no más del 3%) para que el agua se deslice cuando llueve, y no se acumule. Estas cubiertas necesitan una buena aislación hidrófuga y térmica, para impedir filtraciones y proteger al ambiente que está bajo ellas de los cambios de temperatura. Sobre el pavimento se debe aplicar un impermeabilizante.
Las cubiertas inclinadas pueden ser de una vertiente, o de varias “aguas” (se denomina “agua” a cada uno de los planos inclinados que forman el techo). La inclinación de cada agua dependerá, básicamente, del clima: en lugares donde nieva copiosamente, o llueve mucho, la pendiente debe ser importante para evitar la acumulación, impedir que se forme hielo, y evitar una sobrecarga en la estructura. Los materiales que se usan para estas cubiertas son variados: tejas, chapa, vidrio, madera, etc. En todos los casos, deben tener una excelente aislación térmica y acústica. Estas cubiertas son, obviamente, no transitables.
Las bóvedas y cúpulas son estructuras autoportantes que pueden construirse en diversos materiales, como ladrillo, adobe, madera, hormigón. Por extensión, en la arquitectura moderna se denomina cúpula a cualquier cubierta curva, ya sea de curvatura simple o doble. La característica de las cúpulas es que trabajan por compresión, es decir, los elementos que la componen se sostienen transmitiendo la carga unos sobre otros. Casi todos los materiales que se usan en otras cubiertas pueden adaptarse a las formas curvas de una cúpula: tejas, pizarra, baldosas cerámicas, chapa, siempre en piezas pequeñas. Si fuera de hormigón, es probable que la mejor opción sea revocarla y pintarla, sin agregar material de cubierta para no añadir peso, aunque las planchas de venecitas también son una opción posible.