¿Alguna vez oíste hablar sobre las delicias del piso flotante?. Quizás te dejaste atrapar por esta idea soñada, sin saber demasiado al respecto. Pues aquí te va un repaso de este tipo de pisos para que, llegado el momento, sepas tomar la decisión correcta.
Los pisos flotantes son la denominación que reciben los pisos que no han de ser clavados a la estructura de base, ni atornillados, ni pegados. En cambio, estos pisos se apoyan sobre una superficie firme, utilizando encastres y tablas para ello.
Por esto, son una manera ideal de cambiar el piso sin reemplazarlo por completo. Y es que los pisos flotantes no requieren de levantar el piso actual, y pueden colocarse, como su nombre lo indica, “flotando” por sobre el suelo, con pequeñas estructuras requeridas.
Además de lo mencionado, otra de las ventajas de los pisos flotantes es que no requieren de amortiguación para aislarlos de ruidos, pues reposan sobre una manta de poliestireno. También, claro, son la elección para los más impacientes: pueden ser utilizados con normalidad minutos luego de su colocación, sin esperas ni tiempos de secado.
En el mercado hallarás pisos flotantes en una amplia gama de colores y tipos, de gran resistencia y a prueba de manchas y roturas. Toleran bien los sistemas de calefacción actuales, incluyendo la loza radiante, y son muy resistentes a los cambios de clima, al alto tránsito, y a la luz solar, sin decolorarse.
El piso flotante se compone de una suerte de capas. La superior, denominada “overlay”, es duradera y resistente. Es la capa decorativa, que da el acabado al piso.
Luego, hay una capa denominada “decorativa” o de “diseño”. Es una imitación de madera veteada (considerando que, en su mayoría, el piso flotante es un producto eco-amigable, elaborado con materiales reciclados). Puede ser decorada, pintada, fotográfica o laminada.
La tercera capa recibe el nombre de “sustrato”, y se trata de una capa de apoyo de aglomerado, HDF o MDF con tratamientos anti hongos y anti humedades. Finalmente, tenemos la capa “estabilizadora”, que da balance a la estructura. Esta puede poseer una plancha de protección acústica, que aísla los sonidos en el piso.
Hay dos clases principales de pisos flotantes: