La puerta exterior del hogar es imprescindible que sea de buena calidad, que aporte seguridad, y que logre hacerle frente a las condiciones climáticas de tu zona de residencia. Ello se debe a que una puerta muy decorativa pero poco adecuada para las condiciones de la zona será un gasto y no una inversión, requiriendo mantenimiento regular, recambio u otros tipos de gastos asociados. Por ello, aprendamos en esta nota a elegir la mejor puerta para exteriores en cada zona de nuestro hogar.
Las puertas no son sólo un sistema de separación de ambientes, también deben aportar seguridad y protección, aislar las temperaturas y los sonidos y, también, complementar la decoración y el estilo general.
Otras funciones de las puertas del exterior pueden ser permitir la circulación del aire sin la entrada de insectos y animales, aprovechar la temperatura exterior en épocas específicas del año, entre otras.
Para aislación térmica, en especial durante el invierno, por lo general se elige una puerta cuyos exteriores o caras sean metálicas, y posean una capa interna de poliuretano que aísla ambas. Esto separa las temperaturas del interior y del exterior, evitando que el calor interno salga, y que ingrese en frío externo. Otras puertas metálicas en sus caras poseen un núcleo o centro de fibra de vidrio, lo que logra una adecuada aislación térmica, y aprovecha el calor del exterior para complementar el sistema de calefacción del hogar.
Las puertas de vidrio, de acrílico u otras, generalmente incoloras, tienen una alta pérdida del calor interno. Por ello, son ideales para sitios con climas más templados, permitiendo que ingrese el calor cuando sea necesario, y que lo retire del interior de casa cuando afuera el clima sea más agradable. Pero no son en lo absoluto adecuadas para climas fríos. Sus marcos pueden ser metálicos (adecuados para ciudades, con tratamientos antioxidables), más pesados, logrando atrapar mejor el calor. También pueden ser plásticos, que no retienen calor, son más livianos y resisten mejor la humedad.
Las puertas de madera son las más adecuadas, pues aíslan del clima y del sonido sin necesidad de contar con núcleos agregados. Sin embargo, son más costosas, y requieren de tratamientos especiales que impidan la penetración de humedad o insectos. En el mercado hay puertas con capas o caras de madera y núcleos huecos. Son mucho más económicas, pero no adecuadas para aislar, y muy inseguras, pues pueden romperse con facilidad.
Estas puertas huecas pueden ser complementadas con rellenos internos o con sistemas de seguridad, como rejas. Sin embargo, siempre es mejor hacer una buena inversión inicial, y gozar de las buenas propiedades de una puerta maciza o metálica rellena antes que una de baja calidad, que exigirá su recambio en pocos años.