Colocar los pisos del hogar es una tarea para manos experimentadas, seguro, aunque es la práctica lo que hace al maestro. Por eso, aprendamos una técnica sencilla para colocar baldosas y cerámicos de pisos o reparar sectores saltados o defectuosos. Podrás hacerlo aunque no tengas experiencia, y te servirá para ahorrar en la mano de obra en la construcción de tu hogar.
El primer paso es despejar la zona. Retira todos los muebles y elementos de trabajo, según el caso. Luego, retira la cerámica existente, si la hubiera, picándola con cincel y martillo con cuidado. Asegúrate de estar usando gafas protectoras y guantes como mínimo, pues hay muchas esquirlas que podrían salir volando. Luego, barre o aspira el piso, y prepara tus elementos.
Prepara los cerámicos, baldosas o ladrillos a utilizar. Recuerda que en el caso de porcelanas, porcelanatos, cerámicas y demás, las compras suelen dividirse en cajas o bultos. Ábrelos a todos los que vayas a usar, y mézclalos para evitar que se noten las marcas y las sutiles diferencias de color entre las tandas de fabricación.
Asegúrate de que las porcelanas, cerámicas y baldosas estén en perfectas condiciones y limpias. Recorta las que necesites, rentando la máquina y las pinzas para hacerlo. En el caso de los ladrillos, puedes hacer pruebas sencillas para reconocer su calidad: golpéalos suavemente para corroborar que tienen sonido como de campana, y analízalos para reconocer que tengan colores y dimensiones parejas, así como coloraciones similares. Entremézclalos, también, para asegurar un acabado final más vistoso.
Una vez listas las cerámicas, prepara el cemento de adhesión según las instrucciones del fabricante. Ve preparando de a pequeñas porciones, no más de un balde de construcción, para evitar el desperdicio.
Ya preparados los elementos y materiales, y determinado el diseño o patrón de colocación, comienza a colocar las piezas desde la esquina más lejana a la puerta de ingreso a la habitación. Si se trata de un pasillo, coloca algunos ladrillos y tablones por sobre el nivel del piso a colocar, permitiendo el paso mientras se secan y fija el nuevo piso.
Coloca una cucharada de cemento de fijación de pisos y acomoda la primera pieza, dejando una separación de no más de 4 mm entre esta y el cimiento, y asegurándote de que no queden burbujas de aire por debajo. Puedes corroborarlo golpeando suavemente la pieza con el cabo del mango de la espátula, o con algún otro elemento, para reconocer el sonido hueco. Si notaras aire, levanta la pieza y rellena con el cemento. Coloca la pieza y retira el material sobrante, llevándolo hacia los lados para que sirva para la siguiente pieza.
A excepción en el porcelanato, que carece de intersecciones o espacios, debes procurar unos 2 a 4 mm de separación entre las piezas, donde colocarás luego la pastina para dar un mejor acabado. Coloca todas las piezas dejando iguales distancias entre ellas, usando cuñas, cartones, mondadientes u otros elementos que colocas entre una y otra pieza hasta que fije, y luego retiras. Así tendrás una distribución pareja.Deja fraguar el cemento por algunas horas, si puedes por medio a un día. Luego, con el cemento ya fraguado, coloca la pastina del color elegido, vertiéndola entre las intersecciones entre las piezas y acomodándola con una espátula de goma o con tus dedos con guantes de goma. Deja secar sin limpiar, y limpia con un paño húmedo unas dos horas después, para un acabado ejemplar.
Deja el piso libre de circulación por, al menos, dos días, o tanto como puedas. Así tendrás un piso parejo y perfectamente colocado, sin gastos extra.