Además de estilos, tendencias y otros factores, podemos clasificar a las propiedades residenciales a partir de su principal material de construcción. Aunque se puede mezclar materiales, hacer ampliaciones y demás, el material principal de construcción es que el que se ha utilizado para erigir la mayor parte de la residencia. Aprendamos sobre algunas de las tendencias modernas y más acogidas para la construcción de viviendas.
El adobe es uno de los más añosos y versátiles materiales de construcción. Se trata de una mezcla, relativamente simple, de barro y paja, que conforma ladrillos o bloques muy resistentes, flexibles y adaptables a diversos suelos, climas y condiciones.
Aunque las casas de adobe suelen ser consideradas como frágiles, lo cierto es que el verdadero adobe perdura por decenios de años sin perturbaciones. Las viviendas de adobe son firmes, adecuadas para sitios con movimientos telúricos repetidos, climas cálidos y fríos por igual, secos y húmedos, soleados y nublados. El adobe conforma viviendas cálidas, impermeabilizadas, rústicas y acogedoras.
Son las construcciones más convencionales en nuestros tiempos; viviendas estructuradas a partir de la liga de bloques de barro cocido, sustentadas por columnas y vigas de metal y cemento, muy resistentes y flexibles, que se adecuan a los movimientos del terreno. El ladrillo logra residencias cálidas, aisladas a nivel térmico y de sonidos, aunque requieren de un tratamiento o cobertura para su mantenimiento y belleza.
Las casas de madera son más rústicas, cálidas y acogedoras. Aportan una sensación de intimidad única, y son también muy resistentes al paso del tiempo y a los elementos, siempre y cuando se utilice madera bien tratada. Pueden quedar expuestas a daños producto de insectos y del clima, por lo que requieren mantenimientos relativamente regulares.
Las casas de paja y caña, por su parte, son quizás las construcciones más resistentes al clima (temperatura y humedad) y a los movimientos del terreno, aunque su necesidad de coberturas y tratamiento las hace menos usadas para residencias, prefiriéndose estos materiales para quinchos, búngalos y residencias de descanso, como cabañas.
Estas residencias obtienen su nombre a partir de su estructura, erigida en un material y “rellena” con otro; por ejemplo: los cimientos y estructuras principales de ladrillo y las paredes de madera o bloques, tabiques y demás. Puede combinarse una amplia variedad de elementos en este tipo de viviendas, dependiendo de los requisitos del sitio de construcción en cuanto a su clima y otros factores. Con esta técnica de construcción puede lograrse residencias frescas o cálidas, más o menos firmes y flexibles, y siempre adecuadas a las condiciones y características de la zona.
Esta es la última tendencia en la construcción. Son las más adecuadas al clima y a las condiciones del terreno, para aprovechar los recursos naturales de manera óptima. Estas construcciones adecuan los diversos materiales, formas y técnicas para aprovechar el calor en invierno, la brisa y el fresco en verano, y suelen incluir tecnologías de aprovechamiento de energías solar, eólica y otras como fuentes de alimentación interna.