Las aberturas (marcos, puertas y ventanas) son una de las partes fundamentales de una vivienda. No sólo porque proporcionan paso, ventilación e iluminación, sino porque de ellas, de sus materiales de fabricación y correcta colocación, dependerá en gran parte el uso racional que hagamos de la energía.
Las aberturas de madera son las más tradicionales y clásicas. Son más cálidas que las de otros materiales, no se oxidan, se les puede dar diferentes terminaciones, pero necesitan cierto mantenimiento para que la madera se mantenga en buen estado. Aproximadamente cada dos años, dependiendo del clima, deberemos quitar totalmente la pintura vieja, lijar con lija fina, limpiar perfectamente el polvo y volver a pintar. Si hubiera grietas o rajaduras, sellaremos con masilla antes de lijar. De este modo evitarnos filtraciones y que la madera se hinche con la humedad. Recuerda usar siempre barnices, lacas o esmaltes para exteriores.
Las aberturas de aluminio son livianas, resistentes, no se oxidan, no necesitan mantenimiento y son más económicas que las de madera, aunque no tienen su calidez y elegancia. Estas aberturas vienen anodizadas, cuando son de buena calidad, lo que aumenta su resistencia. Las lacadas, además, vienen en una enorme variedad de colores, acabados (mate, brillante, etc.) y hasta texturas. Pero si preferimos darle la terminación nosotros mismos, se pueden pintar sin inconvenientes.
Las aberturas de PVC son más económicas que las de madera, pero menos que las de aluminio. No requieren mantenimiento, son resistentes, y pueden adaptarse a cualquier estilo. Lo importante es asegurarnos de la calidad de los materiales, ya que varía la composición de los materiales de base. Por eso encontraremos precios muy dispares.
Cualquiera sea el material elegido, debemos asegurarnos de que estén correctamente colocados, impidiendo filtraciones de agua o aire. En todos los casos encontraremos modelos que permiten doble vidriado hermético, que garantiza aislación térmica y acústica. Burletes y felpas en cruces de hojas y paños, encuentros de hojas con marcos, y parte inferior de las puertas que dan al exterior, aumentarán la hermeticidad.
Todo esto evitará la pérdida de temperatura (ya sea frío o calor) y contribuirá a reducir nuestro consumo de energía, ya que necesitaremos menos calefacción en invierno y menos refrigeración en verano.