Esta idea se basa en, justamente, tener una playa propia. Puedes proyectarla en un quincho o espacio cerrado y techado, o junto a una piscina de natación del material que sea.
Para lograr esta playa, simplemente necesitas arena. Analiza el mercado de tu ciudad, en el rubro de áridos, y examina la que te ofrecen. Muchos tipos de arenas para la construcción no serán aptas para esta labor, pues son ásperas, granulosas, y absorben temperatura; si la tienes al sol casi no podrás pisarla.
En cambio, las arenas aptas para hacer este proyecto son más suaves y se mantienen más frescas a todo momento. En general son también de color más claro, e incluso puedes pedir a la empresa proveedora media camionada de arena de costa o de playa.
Para hacer tu propia costa debes determinar el espacio. Elige uno que esté más bien alejado de la casa, pues un viento amenazaría con hacer volar granos de arena hacia el interior. Cubre el piso de un quincho o gacebo (pérgola) con arena de costa, para colocar encima reposeras, tumbonas y sillas, y tener la sensación de estar en una costa lejana.
También puedes hacer tu propia playa junto a la piscina. En este caso, asegúrate de tener espacio suficiente, con una vereda o deck entre la arena y la piscina, para evitar ensuciar el agua. 30 centímetros serán suficientes para evitar el ingreso de los granos.
Para hacer tu propia playa en casa no necesitas contrapiso ni plateas. Simplemente acomoda un alto de unos 15 a 20 cm de arena en la zona a disfrutar. Para contener la arena puedes hacer una breve depresión en el piso, o bien colocar piedras de río, troncos cortados u otros elementos que harán a la decoración y evitarán que la arena se desparrame.
Al no tener piso sino tierra por debajo, la arena absorberá bien la humedad y el agua de lluvia, manteniéndose limpia y, de hecho, higienizándose por su cuenta simplemente con la lluvia o agua, una vez por semana. Tendrás una playa privada a tu disposición, en cualquier momento del año.