La arcilla ha sido usada como aislante térmico, hídrico y auditivo durante siglos. Su capacidad de integrarse a los elementos de construcción y la sencillez con la que se trabaja la han convertido en un componente infaltable en numerosos tipos de construcción, además de su bajo costo en relación a otros acabados. Además, permite diversos estilos, aceptando pinturas acrílicas y esmaltes por igual, y pudiendo ser texturada o modelada de numerosas maneras.
A nivel comercial, es un enlucido sin agregados químicos, siendo así sumamente segura para usar. Esta tendencia se adecua a la perfección a la del respeto por el medio ambiente y la búsqueda de la salud, aportando también una estética naturalista y cálida, ideal para cualquier tipo de interiores.
El acabado de arcilla puede ser trabajado con espátulas, cucharas y con las manos, pudiendo así adaptarse a diversas formas y superficies verticales y horizontales por igual.
La textura final puede alisarse o modelarse, y también acepta aplicaciones de detalles incrustados, incluyendo elementos naturales (maderas, piedras, ramas y otras) o artificiales (resinas, gemas, lajas, azulejos, mosaicos, etc.).
El acabado de arcilla permite crear guardas y divisiones instantáneamente, lo que sumado a su capacidad de color, ofrece un abanico más que extenso de posibilidades estéticas a todo el hogar, con un costo bajo y una aplicación mucho más rápida. También carece de aditivos químicos, lo que la hace segura para hogares numerosos, con niños y mascotas, y también para el constructor de la obra.
El acabado de arcilla, a diferencia de la aplicación de azulejos y cerámicos, puede ser realizado virtualmente por cualquier persona, incluso sin entrenamiento o experiencia previa. Se aplica como yeso común, y su rápido tiempo de secado y fijación evita las caídas y el escurrimiento del material.
En el mercado podrás conseguirla en forma de pasta lista para aplicar o de polvo, soluble en agua corriente o destilada, e incluso ya preparada en diversos colores y tonos. Simplemente se la prepara en un balde y se la aplica a cuchara o con rodillo (en una consistencia lechosa), de preferencia en un día cálido y en un sitio ventilado.