El granito es duro, soporta cargas, el roce, y también es altamente resistente a las manchas. Su capacidad de impermeabilidad es única, pudiendo así ser limpiado con líquidos sin inconvenientes, y eliminando la posibilidad de hongos o mohos por humedad.
Presenta una porosidad sumamente escasa, de modo que no acumula suciedad y se mantiene sólo con el paso de un trapo o cepillo. Por eso es el material más elegido para el revestimiento de mesadas de cocina y para cuartos de baño, aunque su uso en pisos resulta ejemplar.
Pese a su dureza, el granito puede recibir rayas del cuarzo, elemento presente en arenas y otros que se depositan en el tránsito cotidiano. Por ello, es necesaria una limpieza gentil, sin presiones y sin productos químicos corrosivos, como el amoníaco y los ácidos.
El mantenimiento regular de estos pisos ha de hacerse con trapeador, agua tibia y jabón neutro, o limpiador natural y no abrasivo a diario. Una vez por semana se puede aplicar un producto más agresivo, o aplicarse abrillantadores, siempre repasando luego con un paño seco y suave para hacer lucir su brillo natural y ejemplar. Para renovar su superficie o recuperar el brillo, se puede aplicar una vez por mes algún agente de cristalización, junto con un pulido a alta velocidad.
Las placas de granito pueden ser recortadas y modeladas en infinitas opciones. En el mercado podrás encontrarlo en placas, baldosas cuadradas y con formas, y en terminaciones lisas o rugosas, más rústicas y adecuadas para exteriores. Estas se denominan “granito flameado”, debido al tratamiento térmico que permite lograr esta aspereza al tacto.
Por otro lado, encontrarás en granito con terminación en cuero, de acabado aterciopelado en el que se lucen los brillos naturales del granito (micas), más adecuado para pisos, muros y mesadas, en interiores.
El granito pulido es más liso, plano y brillante. En él se luce mejor el color natural de la piedra, aunque es más propenso a demostrar los rayones y el desgaste en el brillo. Se lo elige para zonas de bajo tránsito o para detalles en superficies, como encimeras, mobiliario y otros. No se lo utiliza en pisos, pues cuando está mojado es extremadamente resbaladizo.