Quienes viven en zonas sÃsmicas bien conocen de la importancia de las obras sismo resistentes. Conocida también como construcción antisÃsmica, esta describe una técnica de construcción que permite que la vivienda se mueva con el terreno, y sus materiales verticales se flexionen adecuadamente con las sacudidas telúricas, en lugar de ser una pieza anclada y estática que podrÃa quebrarse y desmoronarse ante un movimiento.
Al diseñar el plano y estructura de la obra sismo resistente, una de las primeras cosas a considerar es la localización y ubicación, en relación a la frecuencia de los movimientos telúricos.
Ya en la zona se determinan los materiales más aptos y las acciones necesarias. También se definirá el punto en el terreno que sea más estable y en el que se pueda prevenir los deslizamientos de tierra, la caÃda de rocas y otros detalles de seguridad.
Además de alejarse de peñascos y laderas, las obras sismo resistentes tienden a estabilizarse en el terreno y no sobre pilotes elevados, y también se procura construirlas lejos de rÃos y cauces de agua que puedan representar aludes de barro y otros arrastres ante un terremoto de gran magnitud.
Las obras sismo resistentes tienen en consideración detalles de resistencia y rigidez. Esto define la correcta elección de materiales, uniformes y firmes, y con un empalme monolÃtico de unidad, que permita que la vivienda responda adecuadamente ante movimientos sin resquebrajarse.
También se tiene en cuenta la geometrÃa de la obra, requiriéndose un mÃnimo de muros en dos direcciones perpendiculares entre sà y de forma regular, más bien cuadradas o especiales, pero evitando las construcciones altas y angostas.
Los materiales elegidos han de comportarse uniformemente en la obra. Los más utilizados para estas viviendas son el cemento fino y libre de grumos o concentraciones en puntos, y agregados como grava, arena y materia orgánica (tierra, pantano y arcilla). Esto facilita la flexibilidad del cemento y evita quebraduras en el mortero.
En este cemento se suele utilizar dos partes de cemento seco por una de agua, para asegurar un fraguado adecuado. Para evitar grumos y burbujas, perjudiciales en casos de sismos, la técnica elegida es el vibrado.
También se utiliza buena cantidad de acero en las obras sismo resistentes. De preferencia, el corrugado, que mejorará la adherencia con el concreto. Además, se utiliza ladrillos en la mamposterÃa, en la técnica húmeda, complementados en zonas con bloques de concreto secos.