¡Qué sería de las obras residenciales sin ventanas!. Nos aportan luz, ventilación, y un espacio para conectarnos con el entorno. Puedes elegirlas en diferentes tamaños, estilos y usos, de acuerdo a la ambientación general de la obra. Aprendamos un poco más sobre estas versátiles, útiles e indispensables aberturas.
Más allá del estilo, debes planificar y elegir las ventanas más adecuadas para el ambiente. Ten en cuenta su altura y dimensión antes de comenzar la obra, consultando con el arquitecto o el constructor al respecto. Recuerda que debes poder abrirlas con comodidad, y deben ser seguras en cuanto a su alcance por niños y mascotas. Su altura ha sido estandarizada, aunque las hay en diversos modelos.
Analiza la función de la ventana para su mejor elección. Si la prefieres sólo para iluminación puedes escoger estilos cerrados, fijos y hasta de colocación superior y vertical; si es para ventilación además de iluminación, elige el modelo más adecuado en relación al estilo, el presupuesto y la practicidad de su uso, limpieza y mantenimiento.
Hay muchos tipos de ventanas disponibles. Se las clasifica a partir de su mecánica de abertura, además de su estilo estético general:
Ventanas abatibles: son aquellas en la que las hojas se elevan en ángulos inclinados hacia arriba o hacia el lado, en línea recta o hacia fuera, a modo de repisa. Son adecuadas para sitios que requieren de mucha ventilación, espacios pequeños, edificios o habitaciones en gran altura, invernaderos, patios de luz, jardines de invierno, tragaluces y sótanos, teniendo en cuenta que su limpieza es algo complicada (en especial por el lado exterior).
Ventanas practicables: son las más convencionales, que cuentan con un marco y una o dos hojas, unidos por bisagras. Su mejor abertura es hacia fuera, dentro de las posibilidades. También pueden abrirse hacia dentro, con la precaución de mantener la zona libre de muebles u obstáculos que impidan su abertura. Su aislación y hermetismo suelen ser un desafío en zonas lluviosas o de grandes nevadas, requiriendo burletes de gomaespuma o de goma para mejorar su funcionamiento.
Ventanas oscilantes o batientes: poseen un eje de giro alternativo, siendo muy similares en su mecánica a las anteriores. Son un tanto más decorativas, ideales para sitios de poca ventilación, ambientes grandes y a bajo nivel.
Ventana pivotante: poseen un eje de giro central, pudiendo así abrirse hacia dentro o hacia fuera en un movimiento de hasta 180°. Su mantenimiento y limpieza son más sencillos, y permiten un uso más adecuado para diferentes ambientes que requieran de ventilación. Son elegidas para pisos en altura en cualquier clima, debido a la versatilidad de su funcionamiento.
Ventanas corredizas: poseen hojas completas que se deslizan sobre rieles o canaletas, superponiéndose una frente a la otra hoja al abrirse un panel. Son prácticas para espacios pequeños, pues no ocupan lugar en su abertura. Son las grandes elegidas para puertas-ventana o aberturas de piso.
Ventanas oscilo-paralelas: también permiten su uso como puerta-ventanas, similar a las anteriores aunque contando con un eje que modifica la dirección de su abertura, al igual que en los sistemas correderos elevables. Ambos modelos, al igual que las puertas-ventana de paneles plegables, permiten mayor abertura, y son los elegidos para ambientes que den a exteriores seguros, pudiendo unificarlos fácilmente.
Ventanas fijas: son usadas para aportar iluminación y proteger el interior de suciedades, humedades de lluvias o nevadas y del ingreso de malhechores a la residencia. Se trata de marcos integrados a la obra que cuentan con paneles estáticos, sin posibilidad de abertura. Son las grandes elegidas para corredores, escalinatas (por su seguridad), balcones, terrazas y tragaluces.