En las tendencias actuales, las piscinas se elaboran utilizando hormigón proyectado, un sistema constructivo que cuenta ya con reconocimiento y una garantía de calidad poco comparable a otros elementos tradicionales.
Otros sistemas de construcción incluirán el hormigón armado, bloques prefabricados de poliuretano y de hormigón, con rellenos del mismo material, paneles y piezas monocasco de resinas de poliéster y/o fibra de vidrio, acero inoxidable y algunos más, aunque el hormigón proyectado presenta numerosas ventajas al momento del contraste y elección.
Aunque en la actualidad el mercado ofrece una infinita variedad de piscinas desmontables y sobrenivel, ninguna de ellas aporta la estética y funcionalidad de las piscinas de material. Además, cuentan con ventajas en relación al tamaño y al potencial funcional, pues las piscinas bajonivel y de material pueden ser utilizadas como fuente para riego y reserva acuífera del jardín, sin más que ocultar bombas y cañerías para no afear la estética.
El hormigón armado ha sido la elección más duradera para la construcción de piscinas durante años. Para ello se forman paredes y losas, confiriendo gran firmeza a la estructura. A la obra se incluye nervios, vigas y losetas de borde, adecuado la piscina a las fluctuaciones y movimientos del terreno.
El sistema industrializado llegó con intenciones de instaurarse en las tendencias. Se trata del uso de placas premodeladas de hormigón, que se fijan a vigas de encadenado uniéndose entre sí con mortero cemento y tiras de junta asfáltica. Pero este sistema carecía de la durabilidad esperada, provocándose regularmente fisuras y grietas por una mala ejecución de la obra o un insuficiente tiempo de secado y asentamiento de los materiales.
Luego, la tendencia de construcción incorporó lo que se conoce como “sistema mixto”, una combinación de losas de hormigón armado y paredes de mampostería. Este sistema requiere de una adecuada aislación del piso y los muros, utilizando en general una lámina de polietileno, sin contar con las ventajas del revoque hidrófugo.
Así es que llegamos al sistema de hormigón proyectado a presión, donde es proyectado por impacto a alta presión sobre el encofrado. El resultado es un material de buen espesor y aislamiento, con enorme resistencia a las fuerzas del terreno y con absoluta impermeabilidad, prescindiendo así de laminados y rellenos agregados, economizando en el costo de la obra.