Colocar superficies de cristal y vidrio no sólo unifica los espacios y les aporta mayor dimensión percibida, sino que también logra ambientaciones más modernas y vistosas, y nos permite aprovechar mucho mejor la luz de ambiente, sea natural o artificial.
Hoy, los materiales y las tecnologías de elaboración permiten cristales resistentes a roces y rayas, fáciles de mantener y resistentes a altos tránsitos. Esto las transforma en herramientas ideales para quitar carga visual a estructuras convencionalmente pesadas, como barandillas, escaleras y corredores en altura.
Llamado “pavimento de cristal”, estas superficies pueden colocarse libres o sobre otras existentes. Esto significa que se puede colocar paneles de cristal sobre contrapisos y otras zonas, aportando modernidad y estética a superficies duras y poco atractivas, logrando así la belleza y ampliación del ambiente con cristales que dejan apreciar la rudeza de la obra. Ya que no tienen un grado de claridad similar al de las ventanas, este pavimento de vidrio dará brillo y atractivo, ampliará los espacios, pero conservará ese nivel de misticismo y belleza tan buscado en un material más económico que lo convencional.
La colocación del pavimento de cristal permite unificar los niveles de la obra de un modo seguro y resistente. Al unificar las alturas, los espacios se amplían en lo visual, la luz de traslada de mejor manera, y se optimiza el uso de los ambientes de manera simple y efectiva.
También, la colocación de cristal en los pisos permite una mejor combinación de elementos y materiales, por la simpleza del cristal en sus tonos y texturas. Esto simplifica el proceso de ambientación y decoración de los espacios, incluso unificando las de los diferentes ambientes de casa en vertical o en horizontal, al igual que sucede si unificamos dos ambientes horizontales con un ventanal de cristal.