Aunque la humedad de ambiente sea escasa en la ciudad, se debe recordar que en el interior de las residencias hay mayores cantidades de la misma en el aire. La cocina, la ducha y el mismo ser humano contribuyen a su presencia, y los materiales constructivos y revestimientos, sumados a una mala ventilación, aceleran su condensación en muros, techos y pisos.
Cuando el problema se asienta puede aparecer en la forma de las más diversas condiciones, que afectan no sólo la estética, sino la resistencia de las piezas. Colonias de hongos, aroma a encierro, manchas en la pared y desconche de la pintura son algunas de ellas, mientras que puede provocar incluso grietas en los muros y burbujas de aire en las superficies.
El agua puede afectar la estructura de tres maneras, incluso simultáneas: desde el exterior (el aire de ambiente, las lluvias, los riegos), desde el piso (la propia humedad de las capas de tierra) y desde su mismo centro (la humedad retenida en los materiales al momento de la obra). Por eso, el análisis de las evidencias, así como la correcta ejecución, el respeto de los tiempos de secado y técnicas de ventilación, son fundamentales para evitar que el problema crezca más allá de lo que fuera posible controlar.
Una de las situaciones más habituales es la humedad en el veredín o espacio circundante a la residencia, mayormente en contacto con el área verde cultivada o tierra directa. Se podrá observar manchas negras, blanquecinas, polvillo producto del desprendimiento de los materiales constructivos, incluso colonias de hongos y moho en formación. Para solucionarlo, se puede optar por el lavado con químicos de desinfección, el secado mediante artefactos, o hasta retirando el veredín y su reemplazo, previa aislación de la zona.
En los muros, incluso en las zonas más frías de la residencia, se debe analizar en profundidad la raíz del problema. La humedad puede deberse a condensación permanente (lo que se solucionaría mejorando las técnicas de ventilación y renovando el revestimiento), o también a cañerías rotas dentro de las estructuras (en cuyo caso se debe romper el muro, reemplazar o solucionar el problema en la cañería, secar ventilado, y volver a montar la zona).