Cuando hablamos de construir, sabemos que debemos atender a un presupuesto normalmente limitado. Es por eso que echamos mano a todo recurso disponible, que nos permita concretar nuestros diseños sin quedarnos en deudas.
Hoy aprenderemos a renovar y restaurar puertas presentes en la obra antigua, o recuperadas de corralones y galpones de familiares, sin uso pero con excelente potencial.
Lo primero por hacer es retirar la puerta, si estuviese colocada, y llevarla a una superficie de trabajo abierta y ventilada. Para retirarla del marco, desajusta los tornillos de las bisagras o elévala fuera de ellas, para luego retirar picaportes, cerraduras, visores, bisagras y todo elemento anexo. Límpialo con los productos y técnicas adecuadas, y resérvalos para su posterior uso, o bien prepara los nuevos que instalarás.
Ya con la puerta sobre los caballetes de trabajo, comienza por limpiarla a la perfección. Utiliza agentes desengrasantes y una esponja húmeda, para quitar cualquier resto de suciedad acumulada. Luego lija, a mano o con máquina eléctrica, o bien aplica una capa de disolvente para pintura y raspa para lavarla a nuevo.
Una vez lista y limpia, rellena las grietas y faltantes con masilla para maderas (mezcla harina de madera y cola blanca, y acomoda dentro de las grietas dejándola prolija al nivel). Deja secar completamente. Es probable que debas volver a lijar estas zonas luego, para procurar una superficie impecable en ambos frentes y todos los laterales.
En este punto podemos clavar o adherir con cola molduras, detalles, paneles, o retirar los actuales para reemplazarlos por vidrios, si fuera tu elección. Deja la puerta en la forma de base que prefieras, permite secar los pegamentos y productos, y luego prosigue al siguiente paso.
En este paso siguiente daremos la estética a la puerta reciclada, priorizando también su protección. . Esto eliminará insectos y amenazas. Si el insecticida combatirá también hongos, mucho mejor. Luego, retira el plástico y deja ventilar un día más, para quitar el mal aroma.
Lo siguiente es imprimar la madera con primer o sellador de poros, que hidratará las fibras de la madera y dejará la superficie lista para pintar. Elige un sellador incoloro si sólo quieres aplicar barniz a la madera. Tras dejar secar esta imprimación, aplica en dos capas (dejando secar bien entre ellas) la pintura o el barniz elegido, y luego deja ventilar toda la noche antes de proseguir.