La cal es uno de los materiales imprescindibles en las construcciones de tipo convencional. Permite la construcción de numerosas estructuras, de base y de altura, y es por ello que hoy veremos algunos de sus tipos y detalles específicos.
Cal viva es el nombre que recibe el óxido de calcio, producto que se obtiene a partir de la calcinación de la piedra caliza a altas temperaturas (unos 1000°C) en hornos intermitentes o continuos, formados de paredes de ladrillos y superficies de chapas y granitos (respectivamente) que cobijan los trozos de piedra caliza y el combustible determinado para la producción, normalmente gasolina, leña o bien gas natural.
Debido al proceso de cocción en las piedras se forman poros, que en verdad son vías de escape de los gases internos de combustión. Esto debilita la textura de la piedra que, luego de enfriar, simplemente se recoge y finaliza la reducción.
Este material es un polvo seco que se hidrata para activarse, conformado también por óxido de calcio. Al hidratarse en el momento de la construcción, de acuerdo a la receta seleccionada, se utilizará como aglomerante para morteros o mezclas de mampostería, enlucidos, y también como revestimiento de base para la pintura final.
Su plasticidad es mayor a la de la cal viva, y se diferencia de esta por sus detalles de formación: debe ser tomada del residuo en un tamiz de 600 um de abertura, sin ser mayor al 0,5 %, sin agujeros o explosiones en los ensayos de cohesión, y con un índice de plasticidad mínimo de 200.