En esta nota conoceremos los acelerantes de fragüe y aditivos hidrófugos, indispensables para el correcto comportamiento de los materiales fuertes como el cemento, el hormigón, el yeso y tantos más.
Se trata de productos con cloruros, que mejoran la maniobrabilidad de los morteros para un mejor comportamiento. Se los utiliza para acelerar los tiempos de cada obra, pues minimizan el tiempo necesario para el fragüe y secado de los cimientos y elementos constructivos.
Son usados en los morteros que no tienen contacto con hierros, particularmente en los cementicios. Normalmente, se los aprovecha en la construcción y formación de carpetas o plateas, en los revoques gruesos del interior tanto como del exterior de la obra, y también en las tomas y juntas entre ladrillos a la vista.
Para su incorporación se los dosifica en el agua del mortero, de acuerdo a la receta necesaria, previo a la incorporación del material seco. La cantidad dependerá tanto de la obra como de las condiciones del terreno y climáticas, pues por ejemplo, para obras en climas fríos se debe aumentar la dosificación. También las condiciones determinarán si es necesaria su utilización: en climas inferiores a los 10°C promedio, o superiores a los 30°C en la obra, no es necesario ni recomendable su aplicación. Durante la elaboración del mortero, si decides agregar acelerantes de fraguado, procura evitar hacerla en lluvia o al sol directo.
Finalmente, recuerda que se trata de un producto que acelera el secado, por lo que la mezcla o el mortero que queda asentada en reposo en el balde demasiado tiempo, se endurecerá y no podrá utilizarse. Lo mejor es ir preparando de a cantidades adecuadas, conforme se va avanzando con el proyecto.
Son pastas que se incorporan a los morteros cementicios, y que evitan los habituales inconvenientes con la absorción y de permeabilidad del material en el momento del fragüe y posterior. Se los aplica normalmente en los morteros de capas horizontales y verticales, que requieran una mayor protección contra la humedad, como muros exteriores, contrapiso, sótanos y estructuras debajo del nivel del suelo, y toda parte expuesta a las posibles inclemencias húmedas del clima o del terreno.
Las recomendaciones para su uso incluyen utilizar arena y áridos secos y de alta calidad, y también agua no salitrosa en la elaboración del mortero. Se debe aplicar sobre los cimientos y estructuras listas, fraguadas y humedecidas justo antes de la aplicación, y también limpias de polvillo. En lo posible, debe evitarse la incidencia directa del sol tras la aplicación, pues puede quemarse.