Ya sea en paneles de madera o de yeso, como en cualquier superficie de tabiquería seca, reparar grietas, perforaciones y daños es una tarea que seguramente deberás ejecutar de tanto en tanto. Es una acción de mecánica simple y rápida ejecución, además muy fácil de realizar gracias a los nuevos sistemas de reparación de daños, como el que veremos en esta nota.
Para grietas y perforaciones de hasta 10 centímetros te recomendamos usar un nuevo sistema de refacción que encontrarás fácilmente en el mercado: un parche. Se trata de una pequeña placa metálica galvanizada con pequeñas perforaciones, que en su lado de contacto posee una cinta adhesiva que permite fijarla al sitio, para luego seguir el trabajo y dejar un acabado muy estético y parejo con la superficie a remendar.
Con este elemento se evita el uso de masillas, enduidos, perforaciones mayores o cambios de placas completas, abaratando los costos de la reparación y logrando un remiendo duradero y muy resistente, además de reducir al mínimo absoluto los tiempos de espera de secado.
Para hacer estas reparaciones utilizarás el parche metálico para tabiquería seca y la cinta adhesiva que viene con él. Si no fuera así, una cinta adhesiva de doble contacto servirá.
También necesitarás compuesto para juntas de tabiquería seca, una espátula para aplicarlo, un papel de lija, rodillos o pinceles, sellador fijador al agua y la pintura que requiera la superficie.
Lo primero es limpiar la superficie con un lijado suave y un repaso con esponja apenas húmeda, para trabajar con comodidad. Luego, mide la grieta o el hoyo a reparar, pues de acuerdo a estas dimensiones comprarás el parche metálico adecuado (viene en medidas estandarizadas de 10, 15 y 20 centímetros).
Retira la lámina protectora de la cinta adhesiva del parche, y fíjalo en su lugar. Para ello el tabique debe estar limpio, seco, y libre de polvillos u otras suciedades. Sujeta con una leve presión para fijar, y luego prepara el compuesto de juntas. Toma una pequeña porción con la espátula (ten en cuenta que es menos espeso y compacto que la masilla común) y aplícalo con prolijidad, en dos a tres capas para una mejor fijación del parche y acabado del remiendo. Lo mejor es aplicarlo extendiéndote del tamaño del parche, no menos de 10 centímetros hacia cada lado. Deja secar una capa, aplica la siguiente, y así hasta completar dos a tres, según consideres necesario.
Una vez perfectamente seco, sólo quedará lijar suavemente para tener una mejor terminación. Aplica el producto sellador fijador, y luego de seco la pintura adecuada. Tu pared volverá a estar pareja y en perfectas condiciones, con un parche que perdurará por años y años.