Parte importante de un proyecto de refacción, una ampliación o la construcción de cualquier ambiente es el enmasillado, conocido en algunos sitios como “calafateado”. Se requieren pocos elementos y se trata de una técnica bastante simple, que efectuarás como un profesional conociendo algunas claves básicas.
Lo primero es definir el tipo de masilla de acuerdo al material sobre el que se aplicará y al uso específico, ya sea látex, de caucho butílico o de silicona, y en la variedad y color más apropiada para tu trabajo. También necesitarás una rasqueta (mejor si es de hoja retráctil), pistola selladora o aplicadora, trapos de algodón para la limpieza (asegúrate de que no dejen pelusas) y cinta adhesiva de papel, de bajo contacto.
Si usas masilla de silicona, recuerda que para emparejar y limpiar también necesitarás alcohol isopropílico. En cuanto a tu seguridad necesitarás guantes, barbijo y gafas protectoras, y es conveniente utilizar ropa de trabajo que no te de pena ensuciar.
Ya antes hemos hablado sobre la elección de la masilla más adecuada. Como referencia, ten en cuenta que, en interiores, la látex es la más adecuada para zonas secas, mientras que la de silicona es mejor para zonas húmedas, y la de caucho butílico es la más apropiada para el exterior.
Ya determinada la masilla, prepárala colocándola en la pistola selladora (algunas ya vienen en tubos y con un dispensador incorporado) y tenla a mano, lista para trabajar.
Libera la zona de trabajo de muebles y otros elementos. Cubre las superficies que desees proteger y, hasta tanto no adquieras una buena técnica, también es recomendable cubrir el piso (en especial si lleva alfombra) con papel periódico o plásticos.
Protege los contornos de las placas o de las zonas a enmasillar con la cinta adhesiva. Recuerda colocar una de bajo contacto (la de papel o de pintor es la ideal) para limitar la cantidad de producto en la zona necesaria, y no sobre muro u otras superficies donde resulte innecesario. Ya bien fija la cinta, no más aplica la masilla apropiada con la boquilla de la pistola o del dispensador del producto, haciendo que ingrese bien en las grietas. Al hacerlo, inclina la pistola a 45° en relación a la superficie a enmasillar, para un ingreso perfecto del producto en la zona.
Ya aplicada la masilla deberás emparejarla para lograr una superficie más prolija. Utiliza paños apenas húmedos (con agua o con alcohol isopropílico, dependiendo del producto) o tus dedos para empujar el producto hacia la zona de trabajo y lograr una capa lisa en la superficie. Hazlo repitiendo el movimiento hasta que notes la masilla al nivel de la zona en trabajo. Luego, deja secar a la perfección, retirando las cintas adhesivas mientras esté aún fresca y en ángulo, o hacia fura de la masilla o de la junta, nunca en dirección a ella, pues afectarías el alisado que acabas de realizar.