Desde el momento mismo de la construcción podemos –y deberíamos- comenzar a proyectar la ambientación general de cada sala, de acuerdo al uso y estética que queramos convidar a los espacios. Por eso hoy te proponemos reacondicionar o crear estanterías en el muro iluminadas, para darle a tus elementos decorativos un aspecto mucho más elegante y sofisticado.
Para simplificar la labor, las crearemos a partir de placas de yeso compactado (cartón-yeso), que son livianas aunque resistentes, y muy fáciles de trabajar. Lo primero es definir el sitio donde ubicarás las estanterías, según si fueran de muro a muro para aprovechar un nicho o espacio de empotrar, o si vas a crearlas en un efecto suspendido, o hasta en altura. Mide el ancho de la estantería, también la profundidad que quieras para la pieza, y el espesor (la altura del canto), para preparar el material principal. Recuerda la regla de oro: mide dos veces y corta sólo una, pero bien cortada.
Corta una placa del ancho y profundidad de la estantería, y luego corta la placa central, del espesor de la pieza. Usando el mismo material, corta tres listones más: dos para los anchos y dos para el frente y el muro, calculando acortar los extremos de modo de crear un cajón que se acomode a la perfección dentro de la pieza, por los bordes.
También recuerda cortarlos a medio o un centímetro menos en el ancho, pues con estos listones crearemos el marco donde apoyará el cristal de la tapa de la estantería.
Usando guías metálicas del borde, fija la pieza inferior (el rectángulo mayor) al sitio indicado de la pared. Para ello preséntala en su sitio y marca con un lápiz de grafito claro los sitios de las perforaciones, tanto de la trasera como también de las laterales, por dentro del cajón. Si vas a crear una estantería suspendida, o bien una que deba soportar mucho peso, reemplaza las guías metálicas o compleméntalas con anaqueles de apoyo o sujeciones en L para colocar por dentro o por debajo, como prefieras. Taladra, coloca tacos plásticos y atornilla, fijándola muy bien. Luego, une la pieza inferior con la pieza central, dejando colocada una suerte de bandeja en el muro.
Lo siguiente es colocar el marco interno. Para eso, simplemente encastra las piezas, cortadas a la medida, siguiendo los laterales de todo el rectángulo. Puedes fijarlas con tornillo, o también con adhesivos para la construcción en seco. Deja secar, mientras tomas la medida precisa de la tapa superior y envías a cortar el cristal reforzado, opaco para una mejor proyección de la luz, que colocarás por encima (puede ser vidrio o también un policarbonato, a tu elección).
Lo último será colocar la luz. Elegimos un sistema de tubo incandescente o de bajo consumo, con una altura total inferior a la de la estantería, claro está. Puedes instalar porta focos comunes, para disponer uno o más bombillos de bajo consumo, o un tubo pequeño, a tu gusto. Para retirar el cable eléctrico, haz una pequeña perforación en un ángulo posterior de la base de la estantería, y lleva el cable por los ángulos del muro hacia la tapa de eléctricos más próxima, procurando disimularla cuanto puedas.
Instala la luz a utilizar, fijándola en su sitio y asegurándote de que no toque el cristal ni los lados de la pieza, y también asegúrate de elegir un sistema de iluminación frío, sólo por precaución.
Usando pastina, enduido plástico de interiores o masilla de relleno, dale una buena terminación a las uniones del frente y la parte inferior, y también al canto superior de la pieza frontal, que quedará a la vista encerrando el cristal. Termina con un lijado suave, aplica fijador al agua, y por último pinta la pieza en el tono del muro, o como prefieras. Lo último que resta es encender la luz) y colocar por encima de tu cristal opaco los elementos y decoraciones que quieras destacar.