La madera es, quizás, el más noble de los elementos que podemos utilizar en revestimientos, superficies y detalles. Las terminaciones en madera le dan un toque de elegancia a la vez que rusticidad a los ambientes, ya sea usada de manera generalizada en techos o pisos, o también en pequeños detalles como zócalos, cenefas y hasta marcos empotrados en torno a espejos o aberturas.
No podemos utilizar cualquier corte que tengamos en casa para hacer terminaciones en madera, si lo que buscamos es su durabilidad. Debe tratarse de maderas con tratamientos previos que les confieran mayor resistencia, sellando sus poros y haciéndolas resistentes a la humedad y limitando su contracción natural. Para tener en cuenta: el grado de humedad absorbible para las maderas de interior es de entre 7% y 11%, dependiendo del clima tradicional de la ciudad.
Además del tratamiento se debe elegir maderas con barnices aplicados que le den el brillo, la textura y el color más apropiados para el detalle a confeccionar. Hay cenefas u otros que podrán aprovechar brillos y tonos claros si el muro lo admite, mientras que estas dos características, a menudo, no serían del todo apreciadas para zócalos, en particular si contrastan con los revestimientos de los pisos.
El barniz y la pintura o producto que se aplique a las piezas para hacer terminaciones en madera no sólo cumplirá con un aspecto estético, sino también uno práctico: el sellado de los poros naturales de la madera evitará la absorción de la humedad de ambiente y de los muros, al mismo tiempo que protegerá las fibras para que no queden “tirantes”, es decir, que no tengan tantas contracciones y dilataciones o torceduras que pudieran hacerla agrietar.
Hay tres tipos de productos que son más recomendados para aplicar en las terminaciones en madera y darles la elegancia y la protección necesarias, además de los tratamientos previos que el producto ya debería de tener. Estos incluyen:
Barnices: Son algo más rígidos que las fibras naturales de la madera, por lo que no acompañarán sus movimientos de contracción, dilatación o torsión. Son una manera fácil de resaltar su belleza natural y en el mercado los hay de distintos colores y estilos, pero también son bastante susceptibles al sol, el calor y el roce, debiendo ser renovado aproximadamente una vez por año.
Pinturas: Además de dar un detalle de color mucho más agraciado, también acompaña mejor el movimiento natural de las fibras de la madera, pues es más flexible que los barnices, lo que las hace más apropiadas para piezas largas.
Lasures: Este es el tercer producto adecuado para las terminaciones en madera , también conocidos como “barnices de poro abierto”. Son una buena combinación de la versatilidad y practicidad del barniz, con la flexibilidad de la pintura. Son más elásticos que sus antecesores, tienen mucha más duración y también mayor resistencia a los movimientos de la madera y al clima o al ambiente. Son productos más costosos, pero bien lo valen para dar belleza y durabilidad a las terminaciones en madera.