En las zonas de climas húmedos, lluviosos o con nieve, es imperativo planificar un buen sistema de drenaje que evite la acumulación de humedad en los exteriores del hogar, particularmente en los techos. Las canaletas de lluvia y las bajadas, además de bien planificadas, deben mantenerse siempre limpias y estructuralmente sanas, con simples tareas preventivas que puedes hacer de modo anticipado a las temporadas de lluvia.
Se debe atender al estado de las canaletas para lluvia con la regularidad que el ambiente así lo determine. Si en el vecindario hubiera árboles que pierden sus hojas, si el clima ha sido de lluvias constantes o nevadas, al menos una vez por mes (incluso más a menudo, según el estado natural del ambiente) debes limpiar y hacer mantenimiento a las canaletas.
Trabaja con guantes de jardinería (puede haber arañas y otros insectos), una cubeta de recolección y una escalera segura, repasa con la mano protegida la canaleta, en el sentido hacia la bajada de aguas. Si hubiera hielo vierte agua del grifo o apenas tibia, pero no demasiado caliente pues es un acto inseguro. El agua derretirá el hielo y liberará el paso de las canaletas.
Recuerda que el peso de las hojas mojadas y de la nieve pueden afectar la estructura. Revisa las asideras y palpa la movilidad de la canaleta. Repara las grietas cuando fuera posible con rellenador adecuado, o reemplaza los tramos que se hubieran roto. Luego de retirar el hielo o la suciedad, puedes hacer correr agua con un poco de cloro o de lejía para sanear, y verificar la buena circulación en las canaletas y en las bajadas.
También corrobora el buen estado de las bajadas. Cuando fuera posible, empuja la suciedad allí atrapada con un palo largo (como el cabo de una escoba o un tizón casero) para facilitar su expulsión. En caso de hielo, nuevamente puedes hacer circular agua apenas tibia o un poco cálida, pero no caliente. Asegúrate de aislar las bajadas con membranas para un mejor funcionamiento.
Si la suciedad apresada no pudiera ser empujada con un palo, puedes probar con algo de agua a presión, empujando desde los lados y no desde el centro, y viendo si funciona. Si no, comienza a retirarla desde abajo con guantes de protección y algo de paciencia, o bien vierte por encima un producto destapador, que carcomerá la materia orgánica apresada. No te excedas con este producto, pues podría alterar la superficie interna de las bajadas pluviales.
Nuevamente, al liberar las bajadas de suciedad y hielo, puedes hacer circular agua con lejía, cloro o lavandina para sanear, asegurándote de colocar un recolector adecuado en el extremo inferior de la bajada. Manteniendo canaletas y bajadas limpias te asegurarás de evitar la condensación de agua, la humedad en las estructuras y los problemas de peso en los techos, y es una tarea simple que puedes hacer en pocos minutos.