Los bloques de vidrio son una solución genial para múltiples ambientes de una vivienda. Puedes utilizarlos para crear aberturas que permitan el ingreso de la luz pero bloqueen la visibilidad desde el exterior, o para dar un detalle de iluminación a rincones oscuros.
También puedes instalarlos en el interior de los ambientes grandes, creando muros originales con gran aislación acústica y térmica, y una apariencia incomparable. Estos bloques son muy fáciles de limpiar y mantener, y resisten a la perfección la humedad y los golpes suaves o roces, por lo que pueden ser una solución ideal para aislar la caja de la ducha en el cuarto de baño, sin restar iluminación y apertura a este espacio.
Los bloques de vidrio pueden instalarse casi en cualquier sitio de la vivienda, como muros para hacer aberturas de luz, o sobre suelos para crear columnas y divisiones incomparables. Sólo se debe tener la precaución de no instalarlos en los muros de carga de la estructura, pues recibirían una presión inadecuada por el peso. Tampoco se recomienda colocarlos en muros interiores, por los mismos motivos, ni en muros de más de 7m2 (aunque en este caso se puede optar por instalar un refuerzo y juntas de dilatación).
Además de ventanas fijas y muros o columnas divisorias, los bloques de vidrio pueden resultar en geniales adiciones para estructuras funcionales en toda la vivienda. Son elementos originales y resistentes para soportar encimeras e islas en la cocina, y también para los laterales de anaqueles o estanterías en la sala, y más.
Notarás que en el mercado podrás hallarlos en tamaños estandarizados y en diversos colores, que se pueden combinar sin ninguna dificultad, para lograr estilos llamativos y controlar el paso de la luz y la intimidad de los ambientes, pues podrás elegirlos desde cristalinos y lisos hasta biselados, texturados, opacos y hasta en colores. Además, puedes elegir bloques rectos y curvos, para diversas estructuras, además de algunos en formas más decorativas, para dar detalles de lujo a cualquier espacio.
Los bloques de vidrio, si bien son estandarizados, estarán mejor instalados distinguiendo los de encastre y los esquineros, cuyo diseño es más decorativo y tiene una estructura más resistente. Se unen entre sí con cemento blanco, adhesivo siliconado u otros, aunque estas dos son tus mejores y más fáciles opciones, en cuanto a la aplicación y limpieza posterior. También, si bien podrían instalarse sobre el piso, lo mejor es ubicarlos sobre una superficie firme y resistente, de igual o mayor espesor que los bloques de vidrio, para dar estabilidad y protegerlos.
Sobre la superficie inferior se coloca el adhesivo, y los bloques de vidrio separándolos entre sí y del marco o estructura con espaciadores en L, en T y especiales. Los excedentes, luego de la fijación, pueden eliminarse recortándolos con cuchillos de precisión o retirando las tapas de los espaciadores, según el tipo que hayas elegido usar. Entre uno y otro bloque e hilera se irá rellenando con el adhesivo elegido, procurando que no queden burbujas de aire apresadas dentro, lo que puede lograrse dando empujones y golpes con un punzón delgado.
Retira el excedente del adhesivo ni bien completes cada hilera, para que no solidifique, usando una esponja húmeda. Es importante tener la consistencia adecuada para el adhesivo a utilizar. Lo mejor es preparar de a poca cantidad y verter cucharadas sobre un lateral de un bloque: la consistencia será la más apropiada cuando, al voltear el bloque en 90°, el cemento o adhesivo no se escurra, pues el bloque de vidrio no es absorbente y la mezcla no debe ser demasiado húmeda.
Es importante que cada esquina de cada bloque cuente con el espaciador más adecuado para la estructura. Esto permitirá un espacio ideal de cantidad de adhesivo, impedirá el daño por roce, y permitirá empujar a presión cada uno en su sitio sin dañarlo.
Aproximadamente una hora luego de la colocación, podrás retirar el excedente de adhesivo que pudiera haber sobresalido luego de la limpieza inicial. Deja secar y, ya listo, limpia los vidrios por ambos lados con una esponja húmeda y algo de presión (dos a tres horas luego de la instalación), para dejar los bloques de vidrio impecables. Remata los contornos con pequeñas molduras, para dejar una superficie increíble, hecha con tus propias manos.