En esta nota aprenderemos a doblar la madera para aplicar en proyectos de construcción o remodelación, poniendo en práctica la mejor parte de nuestra creatividad.
Seguro que en el mercado encontrarás miles de opciones y soluciones para los revestimientos y la creación de estructuras, pero a menudo estos son bastante más costosos de lo que quisiéramos invertir en nuestro proyecto. Por fortuna, siempre hay buenos “Ases bajo la manga”, como este método para doblar maderas.
Aprender a plegar y doblar en formas curvas los listones de madera te ayudará a dar una terminación mucho más orgánica a todo tipo de estructuras. Dependiendo de la curvatura que quieras y puedas dar a los elementos, podrás revestir columnas, dar una estética terminación a los zócalos, o hasta crear divisiones de espacio con un agregado de volumen que le dará a cualquier proyecto una apariencia sensacional.
Lo primero es elegir las maderas más apropiadas. Las de fibras livianas, como el pino u otros similares, son más “fáciles” de doblar que las compactas y pesadas, como el roble, la lenga o la pinotea. Elige los listones y tablas que necesites para cada proyecto, contemplando que después podrás pulir, barnizar, teñir, pintar o también recubrir con papel o con tela para modificar su aspecto. Esta técnica es genial para crear barandales originales para la escalera, detalles en las molduras, revestimientos de columnas y muchos más, que solemos evitar por su alto costo en el mercado.
Además, las maderas más “livianas” son también mucho más económicas. Sólo verifica que sean naturales y no aglomerados, pues su composición de “astillas” comprimidas afectaría el trabajo de doblado, con pequeñas partes de la estructura que seguramente harán fuerza opuesta y se saldrán de su lugar, dando por resultado una curva con salientes.
Comprende que este trabajo, de tipo artesanal, tomará algo de tiempo, mucha paciencia, pero te dará simples y elegantes formas curvas. No podrás formar ángulos, pero sí doblar la madera tanto como quieras, si tienes el material apropiado. También ten en cuenta que es mejor comenzar la práctica con listones pequeños, hasta tanto comprendas el comportamiento de esa madera en particular. Si necesitas revestir superficies grandes, planifica la unión de diversos listones curvos, pues plegar listones enteros requeriría de materiales algo difíciles de conseguir.
Para plegar la madera necesitas una cuba grande que soporte la temperatura, como una vieja tina de baño, un tacho de 200 litros (o más) cortado por la mitad a lo alto y recostado en el piso, u otro, dependiendo del tamaño de la madera: debe caber completamente en su interior.
Llena la cuba con agua muy caliente, o pon el contenedor en altura para poder colocar una fuente de calor por debajo (si fuera apropiado, como usar el tacho metálico y hacer un pequeño fuego, como los viejos calentadores de agua). Pon las maderas dentro del agua cuando esté aun fresca, para que se humecten adecuadamente y vayan tomando temperatura junto con el agua. Si tienes una chapa grande, cubre el contenedor y deja que la madera repose en el agua bien caliente (volviendo a calentarla si hace falta) por el tiempo que sea necesario: 30 minutos de reposo en el agua bien caliente por cada centímetro (1/2 pulgada) de espesor del listón.
Mientras tanto, prepara el molde para el plegado. Puedes usar una cuba de metal (la otra mitad de la que estás usando, por ejemplo) o cualquier otro elemento duro que te ayude a hacer la forma buscada. También necesitarás elementos de peso, como ladrillos o cubetas llenas de arena, para ir dando peso a la madera mientras se seca y toma su nueva forma. Es útil contar con pinzas, guantes de calor y gafas de protección, así como delantal.
Cuando la madera haya hecho el suficiente reposo en el agua caliente, simplemente retírala y ponla sobre el molde que hayas preparado, haciendo presión desde los extremos y poniendo peso para que el listón vaya curvándose lentamente. Puedes volver al agua caliente (o al vapor) si lo necesitas, hasta tanto la madera tome su curvatura final. Deja en el molde, con peso, para que seque por completo, no menos de 36 horas. Y luego instala tus maderas curvas, creadas por tus propias manos, y por una fracción de su costo en el mercado, ¡sólo usando algo de paciencia!