Para asegurar la buena adherencia del acabado de pintura o revestimiento en los instersticios, impermeabilizar las estructuras y hacer que tu obra se adecue al clima de la ciudad, es imprescindible aplicar, antes de todo lo demás, un calafateado adecuado. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber para calafatear como todo un profesional, abaratando los costos de tu proyecto y acelerando los tiempos de su ejecución.
Lo primero es medir y conocer la superficie a calafatear, para saber con precisión el tipo y cantidad de material que será necesario. Podrás elegir entre 4 tipos de calafateador:
- Lo primero es preparar la superficie, dejándola limpia, seca (según el tipo de calafateador) y libre de polvillo, moho u otros, retirando también el sellador o calafateador antiguo.
- Instala el tubo en la pistola aplicadora, y ten a mano el agua, alcohol o solvente para la limpieza de la zona y de los materiales. Utiliza guantes y elementos de protección, y trabaja en una habitación ventilada, por precaución.
- Protege la zona periférica con cinta adhesiva de bajo contacto (cinta de pintor) donde fuera necesario.
- Aplica el calafateador en la zona a cubrir, cortando el pico de aplicación en un ángulo de 45° para facilitar el ingreso del material a las grietas y separaciones de la superficie.
- Nivela la zona sellada repasándola con un paño o tu dedo (con guante, mejor), humectados en agua o el alcohol, según sea el tipo de calafateador elegido.
- Retira la cinta adhesiva y otras protecciones que hubieras elegido utilizar, para evitar que seque el producto por encima de ellas.
- Deja secar
- Cuando tenga ya la textura final, retira el excedente que pudiera haber quedado usando un cuchillo de precisión.
- Deja fijar por unas 24 horas, si fuera posible, para que el producto se adhiera a la perfección y tu obra quede perfectamente impermeabilizada, sellada y aislada, con este paso a paso fácil para calafatear tú mismo, y como todo un profesional.