Una de las soluciones constructivas que te ayudarán a acelerar los tiempos de trabajo en cualquier tipo de obra son los muros prefabricados de hormigón. Se trata de placas de material que se elaboran en marcos y, una vez fraguados y fijos, se trasladan a la obra para montarse directamente, o bien parcialmente elaborados (en su zapata) que terminan de acoplarse, llenarse y colocarse en la obra. Con ello se economizan los costos de la construcción, no se requiere de hacer encofrados en la obra, y se aceleran así los tiempos finales de trabajo.
Los muros de hormigón prefabricados se clasifican, según su estructuración y uso, en cuatro categorías:
Su estructura se define como un plano nervado (o no nervado) elaborado con hormigón armado, pretensado en general, aunque también puede ser postensado, que se empotra en su base. Estos muros pueden ser activos, lo que significa que entra en carga cuando se incorpora material de relleno. Se utilizan en general para sostener y/o contener terrenos, puesto que la zapata requiere de una excavación. Son resistentes y útiles para las tareas de contención, pero en general se dificulta en ellos la función de revestimiento en la obra.
Estos muros y su zapata se elaboran en la obra, siendo modulares con secciones nervadas que se elaboran con hormigón. Los módulos se colocan en forma continua adosados unos a otros, instituyendo así un paramento exterior para el muro. Suelen ser de alturas más bien bajas, sin superar los 9 metros totales de extensión vertical. También poseen cantos variables, que se diferencian de acuerdo a la altura del muro para evitar la armadura del corte. De este modo, es el hormigón el que absorbe los esfuerzos cortantes. También es más versátil que el anterior, respecto de su aspecto exterior y revestimiento.
Este tipo de muros prefabricados de hormigón, y su zapata, también se realizan en la obra. Elaborados de hormigón, estos bloques pueden ser planos o nervados y poseen tirantes de anclaje adecuados a la zapata. Se los suele utilizar para realizar muros de contención, y pueden erigirse en grandes alturas.
Por último, la cuarta categoría es la denominada “muros completamente prefabricados”, puesto que tanto el panel como la zapata se fabrican anticipadamente en conjunto, como una unidad de hormigón puro en forma de “L”. Su cara externa puede poseer revestimientos en imitación de materiales (como piedras), áridos a la vista, hormigón liso u otros. Dependiendo de las exigencias de la obra, estos muros completamente prefabricados pueden poseer una zapata parcialmente construida, es decir, se compone de una armadura lista para rellenar y completar la zapata en la excavación directamente en la obra, y no como un elemento independiente.
Aunque en general no se los requiere para la construcción de viviendas y obras de menores dimensiones, a menudo los muros prefabricados de hormigón son el elemento de solución constructiva a terrenos que puedan ceder, desnivelados o de diversas composiciones. Así, ya sabes de qué se tratan y cómo se clasifican, para integrarlos a tu proyecto de acuerdo a los requisitos del diseño.