¿Ya tienes la piscina o la alberca lista para usar, pero descuidaste tener en cuenta el clima de la ciudad? Tenemos una solución que te gustará conocer: aprenderemos algunos modos de climatizar una piscina ya existente en la obra, sin grandes modificaciones sino con astucia, ingenio, y aprovechando las bondades que el mercado tiene para ofrecernos.
La manera más simple y económica de climatizar una piscina existente es colocar cubiertas plásticas. Puedes adquirirlas pre-modeladas o realizarlas a la medida exacta. Las hay que sobresalen de la piscina o de las que flotan sobre el agua (en contacto), cubriéndola y aprovechando la luz del sol para acondicionar la temperatura.
También en el mercado podrás hallar discos (o cuadrados) plásticos de doble capa, con un colchón de aire por dentro, que flotan sobre el agua. De este modo, crean un efecto invernadero que climatiza el líquido, y al mismo tiempo decoran la vista de la alberca.
La segunda alternativa para templar el agua de la alberca es instalar calentadores. Aunque en general se adecuan al diseño de la piscina en el momento de su construcción, se pueden adaptar a las ya existentes muy fácilmente, aprovechando las nuevas tecnologías disponibles en el mercado. Entre estos, tenemos dos alternativas útiles y eficientes:
Los calentadores por energía solar térmica son un recurso eficaz para climatizar, y también responsable con el entorno. Se basan en un sistema de calefacción del agua utilizando el calor del sol. El líquido se hace pasar por colectores que, gracias a paneles solares, se templa y retorna a la alberca en un sistema cerrado de circulación. De este modo, el agua en constante movimiento va calentándose y renovándose, pudiendo adaptarse también un sistema de filtrado que mantendrá la piscina limpia y cálida a lo largo del año.
Estos son los más elegidos, por su practicidad y amplia disponibilidad en el mercado. El sistema es más veloz en su funcionamiento y no depende más que de la electricidad. Su instalación es sencilla y requiere de un mínimo mantenimiento.
La mecánica es bastante simple: el agua de la alberca se absorbe y conduce hacia el sistema principal, donde se calienta a la temperatura deseada y retorna por otro ducto. De este modo, el líquido circula constantemente y se logra mantener una temperatura indicada por el usuario, que puede determinarse desde el cuerpo principal, o utilizando termómetros ubicados en diversos puntos de la piscina, dependiendo de las funciones del modelo elegido.
Con estos tres sistemas, el de cubiertas, el de energía solar y el de calentador eléctrico, podrás mantener el agua de la alberca templada o caliente sin importar el clima exterior. Y lo mejor de todo es que puedes climatizar una piscina existente sin hacerle cambios estructurales, perforaciones ni otras labores que requerirían de un profesional contratado, aunque como siempre te recomendamos: si no tienes la experiencia, lo mejor siempre es buscar los servicios de un experto.