Cuando el espacio físico de la residencia lo permita, la planificación de una cocina integrada es una solución constructiva que brinda muchos beneficios de uso y de ambientación en la residencia:
Ya sea con arco, desayunador, barra o completamente integrada, sin divisiones estructurales o mobiliarias, la cocina aumenta la percepción de espacio, y permite mayor iluminación en la estancia. En lo visual, hay numerosos beneficios de estos dos puntos, pero su mayor impacto está en la funcionalidad y comodidad de la vivienda: más transitabilidad, menos gasto energético, y un ambiente más acogedor y hogareño en un mismo momento.
La cocina integrada también tiene una función mucho más amigable para las familias o con los invitados. Cocinar a menudo supone permanecer en el sitio (encerrado), atendiendo a los asuntos culinarios particulares. Esto impide el interactuar con quienes estén en la sala o en el comedor. En cambio, la cocina integrada facilita la comunicación simultáneamente a la realización de las labores, e incluso podrás observar la TV que está en la sala mientras cocinas o lavas los trastos.
También supone mayor y mejor ventilación a la zona. Esto tiene numerosas ventajas, al tiempo que es una gran desventaja por el contagio de vapores y aromas a la estancia conectada. Una manera de solucionarlo es hacer la integración parcial (con una gran ventana o una barra desayunadora) que pueda ser aislada mediante persianas u otro sistema, o bien la instalación de extractores de mayor potencia que retiren los aires de la cocina directamente hacia el exterior.
Tal vez el contagio de aromas sea la mayor desventaja de la construcción de cocinas integradas. También habrá contagio de los ruidos propios hacia la sala conectada. Por ejemplo, si utilizas un electrodoméstico con motor y en la estancia integrada hay alguien viendo la TV, puede que haya interrupciones y malos gestos. Se soluciona también con la creación de una aislación rebatible, o simplemente evitando usar electros ruidosos en esas ocasiones.
El mantenimiento de la cocina integrada puede ser un inconveniente cuando se reciban invitados y no haya habido tiempo suficiente para su limpieza. Muchas personas dejan trastos para poder servir la comida a tiempo que, en una cocina integrada, quedarían a la vista. Puedes solucionarlo instalando una máquina lavavajillas, que irás llenando conforme desocupes los utensilios e implementos, o colocando el fregadero en una zona de división parcial desde la sala integrada. Las bateas dobles también pueden ayudarte a dejar allí los trastos, de modo que no se vean directamente cuando estés comiendo o recibiendo a tus invitados.